Friday, December 10, 2010

Cuídate Mi Hermano

Muchas veces nos envolvemos en el ministerio de tal manera que nos olvidamos de nuestra relación personal con Dios.  El ministerio nos abarca de tal manera que ya no pasamos tiempo en intimidad con Dios, a solas con EL.  La Escritura claramente enfatiza lo importante de alejarse de todo, de vez en cuando, para venir a la presencia de Dios y buscar su dirección.  Pero no tan solo para buscar su dirección, sino venir y descansar en El.  Entregándole nuestras frustraciones y aflicciones.  
Nuestro tiempo de intimidad con Dios es algo que no se puede negociar.  Debemos recordar que el ministerio es de Dios, no de nosotros.  Somos  solo instrumentos en la mano de El para evangelizar al mundo y edificar a la iglesia.  El ministerio sin Dios no funciona bien.   Por esto vemos muchos ministerios que caducan y ministros cansados porque se han olvidado de pasar tiempo en intimidad con Dios.  ¿Quién mejor que el dueño del ministerio para saber cómo mejor va a producir y ser efectivo para lo que fue diseñado?  En la intimidad, Dios nos da las estrategias necesarias y sabias para alcanzar al mundo y edificar su iglesia.  Cuando ponemos a Dios primero que el ministerio nos daremos cuenta que no nos vamos a cansar ni  a desmayar.
Jesús es nuestro mejor ejemplo de lo necesario que es alejarse de todo y de todos, de vez en cuando, para buscar intimidad con Dios.  El mismo nos enseno lo importante que es morar en Su presencia para encontrar descanso, o simplemente para recibir nueva directiva o instrucción.  Moisés se retiraba, a solas, cada vez que quería escuchar la voz de Dios (Éxodo 19:3).  Cuando Dios llamo a Moisés al ministerio, Moisés estaba solo en el desierto (Éxodo 3: 1-10). También leemos desde Éxodo 19 en adelante que Dios lo mandaba a retirarse cuando quería darle instrucciones.  Cosas suceden cuando moramos bajo Su presencia.
Cuando moramos bajo la Presencia de Dios encontramos descanso para nuestra alma y espíritu.  Jesús, aun siendo Dios, se retira hablar con Su Padre (Mateo 26:36-44; Marcos 14:32-39; Lucas 22:41).  El pasaba horas en la presencia de Dios.  Jesús duro 30 años equipándose en Dios antes de empezar Su ministerio en la tierra.  Aun después que empezó Su ministerio seguía retirándose buscando la presencia de Su Padre.  Él sabía que solo sostenido de la mano de Su Padre podría cumplir Su ministerio en la tierra.  Jesús gimió cuando El Padre tuvo que abandonarlo en el momento que Jesús estaba cargando nuestros pecados, “Padre, porque me has abandonado” grito El.  Jesús sabía que Su fortaleza venia de lo alto, de saber que El Padre estaba con El.
Si Jesús, que era Dios con nosotros en la tierra, buscaba la presencia de Su Padre, ¿cuánto más nosotros necesitamos morar bajo Su presencia?  Nuestra devoción diaria con el Padre, Hijo, y  Espíritu Santo  es primordial para triunfar en un mundo con tantos defectos.  Un mundo que nos quiere envolver en sus afanes y deleites.  Cuando tenemos intimidad con Dios, no practicamos el pecado.  Cuando tenemos intimidad con Dios, el ministerio es efectivo.  Cuando tenemos intimidad con Dios recibimos Sus revelaciones.  Cuando tenemos intimidad con Dios Él nos muestra Su corazón, Sus pensamientos y Sus caminos.  “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.  Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9).
¿Conocer los pensamientos de Dios?  WOW! vale la pena acercarnos a Dios en intimidad!

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