¿Has pensado alguna vez porque los ministros pecan deliberadamente? ¿Has meditado por que se te hace difícil, casi imposible, andar en santidad? La Escritura nos dice en 1 Pedro 1:15-16 que debemos andar en santidad: “15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. También nos exhorta en Hebreos 12:13-15: 13 y caminad por sendas llanas; que vuestros pies no dejen el buen camino, y si algo hay en vosotros débil o cojo, que sane y se fortalezca. 14 Evitad toda rencilla, y procurad llevar una vida limpia y santa, porque sin santidad nadie verá al Señor. 15 Cuidad unos de otros, no sea que alguno no llegue a alcanzar el favor y la ayuda de Dios. No deis lugar a que broten en vosotros raíces de amargura que os impidan progresar en vuestra fe y que contaminen la vida espiritual de muchos (Versión Castilian). Aunque estas exhortaciones y ordenanzas son dadas a Su iglesia, Su iglesia aun continua pecando deliberadamente. ¿Te has preguntado porque deliberadamente? También yo le he preguntado esto mucho al Señor.
Entendemos que mientras estemos en este cuerpo, al cual le atrae lo no santo, instigaremos en deseos pecaminosos. El apóstol Juan, en sus cartas a la iglesia, nos da las enseñanzas necesarias para que no continuemos pecando: “Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Pero si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre: Jesucristo el justo, que se ofreció en sacrificio por nuestros pecados…” (1ª Juan 2:1-2). Mayor que el apóstol Juan es nuestro señor Jesucristo el cual le dijo al inválido que sano “...Ahora que has sido sanado, no peques más. Así evitarás que te vengan males peores” (Juan 5:14). El mismo Jesús nos dice que no pequemos mas después de ser salvos para que no nos vengan consecuencias peores, entonces ¿qué excusa tenemos para hacerlo?
Así como le pedimos al Señor que aumente nuestra fe, amor, discernimiento, etc. ¿Porque no le pedimos el manto de santidad? El Señor nos dice “Pedid y se os dará.” ¿Cuánto más si anhelamos andar en santidad? Nuestro Señor Jesucristo y el Padre se deleitan cuando deseamos agradarle y cumplir, de corazón, sus ordenanzas.
(continua)...