La Historia
Se Pone En Movimiento… ¡Las Trompetas Suenan!
(Apocalipsis 6-8)
“Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie
en los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de
la tierra, para que no soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el
mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y
que tenía el sello del Dios vivo; y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a
quienes se les había concedido hacer daño a la tierra y al mar, 3 diciendo: No hagáis daño, ni a la tierra ni al
mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los
siervos de nuestro Dios” (Apocalipsis 7:1-3)
El mundo no camina
desbocado hacia el fracaso como muchos creen. Su creador, Dios, regula y guía cada
paso del universo, ¿Quién mejor que el autor para cambiar el diseño original de
su confección? El cataclismo final está a la puerta. Dios viene hacer justicia.
Las alteraciones cósmicas preparan la inminente aparición divina, la llegada
del Cordero. Apocalipsis 6:12-17 relata: “Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto,
y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre, 13 y las estrellas del cielo cayeron a la tierra,
como la higuera deja caer sus higos verdes al ser sacudida por un fuerte
viento.14 Y el cielo desapareció como un pergamino que
se enrolla, y todo monte e isla fueron removidos de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los
comandantes, los ricos, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en
las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían* a los montes y a las peñas: Caed sobre
nosotros y escondednos de la presencia del que está sentado en el trono y de la ira
del Cordero, 17 porque ha llegado el gran día de la ira de ellos,
¿y quién podrá sostenerse?” Estos pasajes bíblicos
no son cuentos de terror ni fabulas de niños. Tampoco son historias del ayer. Pues
no están escritos en el Antiguo Testamento para decir que ya sucedió (aunque
existen profecías escritas en el AT que son para los tiempos finales). Cristo viene
pronto a juzgar la humanidad; los tiempos muestran su pronta llegada. Un comentarista
bíblico diserta acerca del séptimo sello
y la sexta trompeta: “Con el sonido
de la sexta trompeta prosigue la acción destructora de las fuerzas del mal descritas
con una serie de imágenes enormemente expresivas. Pero el relato no pretende
aumentar la desesperación de los creyentes, sino que procura facilitar una profunda
conversión, tanto con respecto a Dios, como en relación con los hermanos.”
La Iglesia de Jesucristo debe despertar a la
realidad que los tiempos finales se aproximan, intensificando de una forma
agresiva la predicación del Evangelio de
Jesucristo. Es tiempo de estar apercibidos, mirando como los tiempos
testifican de la pronta llegada del Maestro. Estos tiempos no deben ser de
apuros ni causar miedo, al contrario, es tiempo de proclamación del nombre de
Jesucristo, para paz y salvación. No hay otra salida de salvación para la
humanidad y la Iglesia tiene la respuesta y sanidad (Jesucristo) para el sufrir
de la humanidad. 2na Crónicas narra palabras hermosas y confortadoras del
Creador: “Si
cierro los cielos para que no haya lluvia, o si mando la langosta a devorar la
tierra, o si envío la pestilencia entre mi pueblo, 14 y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran,
buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los
cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra” (7:13-15). La Misericordia de Dios es palpante en estos versículos.
El desea salvar la humanidad y restaurarla a Su propósito original. Dios tenia
grande planes con Su creación, y aunque el hombre la bloqueo por un instante,
El aún espera que regrese arrepentido para restaurarlo.
La Misericordia de Dios se renueva cada día, pero
habrá un tiempo final, sea que muramos o que Cristo venga, pero de seguro es
que el mundo pasara. Lo único que da paz es la Palabra de Dios; sus promesas.
La Sagrada Escritura es fidelina y en Ella no hay mentiras ni engaños. Todo lo
que está sucediendo ya estaba escrito en Ella, por lo tanto, la Iglesia no debe
amedrentarse, al contrario, levantarse con la autoridad del Hijo y la fuerza
del Espíritu Santo predicando sin cesar, sin desmayar y ofrecer paz en tiempos
tenebrosos.