“Entonces yo digo: Aquí estoy, para hacer lo que está escrito en el libro acerca de mí. Amo tu voluntad, Dios mío, llevo tu ley en mi interior” (salmo 40: 8-9)
Bienaventurado aquel cuya vida está centrada en Jesucristo y Su
Evangelio. David expresa en el Salmo 37:25: “Yo fui joven, y ya soy viejo,
y no he visto al
justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan”
(LBLA). Considerando este versículo, si el justo por la fe en Jesucristo se
salva y su descendencia no mendigara, ¿cuánto más aquel que añade obediencia a
la fe? También el Salmo 1 acentúa las bienaventuranzas del justo para consuelo
y fe. “¡Cuán bienaventurado es el hombre que no
anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los
pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley
del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y
de noche! Será como árbol firmemente plantado
junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo,
y su hoja no
se marchita; en todo lo que hace, prospera” (v.
1-3 LBLA).
El Creador otorgo Gracia a cada una de su creación. Por consiguiente,
se puede acertar que cada individuo nació con su propia gallardía, al igual que
sus inigualables huellas. Logramos observar
en los animales que aun ellos tienen su función y características distintivas;
individuales, que lo separa el uno del otro, aun siendo de la misma especie - Están
diseñados para el ambiente que fueron creados. Cuando estos están fuera de
ambiente se pueden notar confundidos, ansiosos, inquietos, hasta
enojados/violentos. Cada creación nació con su propio guion, escenario, en el
cual funcionaria a capacidad.
De antemano, El Creador tenía el escenario dispuesto donde
reinaríamos, fluiríamos y seriamos de bendición. Cuando estamos posicionados en
el centro de nuestro Guion, todo encaja. Es de suma importancia mantenerse en
el escenario diseñado. Cuando salimos del Guion escrito para nosotros, la
gracia y gloria que manifestamos no acarrea la misma unción. Saúl fue rey de
Israel, permitido por el Padre, pero no manifestaba la gracia y poder que
manifestaba David. Este último no solo tenía la Unción del Padre, sino el
permiso para las batallas y reinado. Contrario a Saúl que tenía que esperar por
el profeta para confirmar si podía ir a la batalla.
¿Por
qué desear Otro escenario o Guion si el tuyo es perfecto para ti?
Muchos anhelan ser pastores por los aparentes beneficios que el
titulo acarrea. La pregunta es ¿está el llamado? ¿está la Unción? En Juan
capítulo 10 Jesús señala la diferencia entre los legítimos y los usurpadores.
Con esto dando a entender que muchos se colocan títulos y abren Obras que no
les pertenecen, creando ministerios de mediocridad espiritual y causando males
espirituales a nuevos creyentes con sus enseñanzas. Los Apóstoles de Jesucristo fueron
identificados por sus hechos y dedicación al llamado. La Unción del llamado los
identificaba y apoyaba en todo lo que emprendían. Cuando Moisés le dijo al
Padre que no los enviara si Él no iba con ellos, es porque este entendía la
importancia del llamado de Dios para la ejecución de un trabajo espiritual.
Es entendible que todo creyente/cristiano/hijo de Dios desea
servirle. Lo primero que debes hacer es hablar con tu Creador y pedirle que te entre
al Escenario y al Guion diseñado para ti. No dependa de emociones ni deseos físicos
para tomar decisiones espirituales. La diferencia
es notable cuando estas en tu Escenario o si eres usurpador. Nuestro Creador desea situarnos acorde para
ser eficaces y efectivos en lo que hacemos. No te aflijas si aún no te sientes congruente
con lo que haces. Mantente firme esperando que tu Creador enderezara tus pasos
y te entrara en tu Escenario y Guion. Solo
persiste en pedir lo que fue diseñado para ti, y no desee entrar en otro diseño
o guion. David no pudo pelear con el uniforme de Saúl porque no fue diseñado para
él. Del mismo modo, no desee ser lo que
otro es solo porque te gusta, espera pacientemente, ¡Él te pondrá en tu Escenario!