“Porque el
reino de los cielos es como un hombre que, al emprender un viaje,
llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. 15 Y
a uno le dio cinco talentos, a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su
capacidad; y se fue de viaje. 16 El que había
recibido los cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros
cinco talentos. 17 Asimismo el que había
recibido los dos talentos ganó otros dos. 18 Pero
el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su
señor. 19 Después de mucho tiempo vino* el señor de
aquellos siervos, y arregló* cuentas con ellos. 20 Y
llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: «Señor, me entregaste cinco talentos; mira, he ganado otros cinco
talentos». 21 Su señor le dijo: «Bien, siervo bueno
y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu
señor». 22 Llegando también el de los dos talentos,
dijo: «Señor, me entregaste dos talentos; mira, he ganado otros dos talentos». 23 Su
señor le dijo: «Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho
te pondré; entra en el gozo de tu señor». 24 Pero
llegando también el que había recibido un talento, dijo: «Señor, yo sabía que
eres un hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no
esparciste, 25 y tuve miedo, y fui y escondí tu
talento en la tierra; mira, aquí tienes lo que es tuyo». 26 Pero
su señor respondió, y le dijo: «Siervo malo y perezoso…”
(Mateo 25: 14-26 LBA).
Jesús desea todos aquellos que han aceptado Su invitación a la Salvación también reciban premios celestiales.
Como hemos aprendido, la Salvación y el Tribunal de Cristo son dos sucesos diferentes en el Reino Celestial. 2nd Corintios 5 explica lo que sucederá en este Tribunal: 10 Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo.11 Por tanto, conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres, pero a Dios somos manifiestos, y espero que también seamos manifiestos en vuestras conciencias (LBA). En el Tribunal de Cristo recibiremos los premios de nuestras obras; aquellos frutos de arrepentimientos y de fe, que cultivamos por agradecimiento a la Salvación que hemos recibimos en Cristo Jesús, la Cual costo gran precio, y causo tristeza y dolor en el Trono de Dios. Aunque para nosotros fue gratuita, el Padre y el Hijo pagaron un gran precio.
Para el hombre, recibir la Salvación es fácil. Solo tiene que aceptar y confesar a Jesucristo como el Unigénito Hijo de Dios reconociendo Su muerte Salvífica en la Cruz por la humanidad, y Aceptarlo en su corazón como Salvador y Señor. La simpleza de adquirir esta Salvación se puede ilustrar en la comunicación entre Jesús y el malhechor que estaba en la cruz, cerca de Él, siendo también crucificado. 39 “Y uno de los malhechores que estaban colgados allí le lanzaba insultos, diciendo: ¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! 40 Pero el otro le contestó, y reprendiéndole, dijo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios a pesar de que estás bajo la misma condena? 41 Y nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos; pero este nada malo ha hecho. 42 Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Él le dijo: En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.
En estos pasajes Bíblicos observamos que este hombre, el cual iba a morir probablemente en los próximos minutos/horas, recibió inmediatamente la Salvación de vida eterna. ¡Que sencillo y simple es recibir la Salvación!
Ahora también debemos exponer otro factor de la Fe en Cristo Jesús - Las obras. Los frutos de la Salvación es algo que muchos tenemos por poco; podemos decir no le damos su significancia, ya que poco se expone en los estudios bíblicos y predicas de asambleas, excepto cuando se habla de ofrendas y diezmos. Estos dos se mencionan continuamente como obras de arrepentimiento. Sin embargo, el apóstol Santiago hace hincapié en otros factores: 19 “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas… sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores… 26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo…que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas…conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores…13 Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia…15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma (Santiago 1:19-21, 22ª; 26-27; 2:1, 8-9, 13, 15-17).
Estos son algunos de los versículos que acentúa el apóstol Santiago, pero se recomienda leer los tres capítulos. De manera, que debemos entender lo que La Palabra nos dice cuando habla de los frutos de arrepentimiento y fe. Jesús dice, que debemos dar ofrendas, pero si tenemos algún problema con un hermano, esa ofrenda no es bien recibida hasta que no te hayas reconciliado: 23 “Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24).
Los frutos de la Salvación van más allá de dar diezmos y ofrendas para sostener las necesidades de las construcciones de los templos y lugares de reuniones. El Padre está interesado en que nuestro corazón sea limpio y puro delante de Él, y en la unidad y paz con los hermanos, y cuando esto hacemos recibiremos premios indescriptibles durante el Tribunal de Cristo.
Hermanos, no solamente cuidemos esta Salvación Tan Grande, pero tratemos de mostrar nuestra fe con obras de obediencia a La Palabra de Dios. Jesús nos enseno durante Su ministerio en la tierra la importancia de hacer obras. Pero hoy existen muchos talentos escondidos en el Iglesia de Jesucristo, los cuales no dan frutos de Salvación. ¿Qué estás haciendo con el talento que Dios te dio?