Sunday, October 15, 2023

Mientras Cristo es Exaltado en Ti

 “Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30)

Mientras tu relación con el Padre aumenta, tus imperfecciones van siendo más revelado. Al principio de la conversión el Padre es paciente y espera el momento de crecimiento espiritual, donde el creyente se ha desarrollado y madurado en su caminar cristiano. El Padre desea que lleguemos a la plenitud de Su Hijo, y para eso necesita santificarnos de adentro hacia afuera. Con esto caminando en santidad, reflejando a Cristo en todo lo que hacemos; donde ya no vivimos nosotros sino cristo en nosotros; viviendo vidas de obediencia.

La santificación es un proceso. En ese proceso el Espíritu Santo comienza revelando todas las áreas que necesitan purificación, sanidad y santificación. Esas áreas que requieren ser entregadas a Cristo; áreas que ni aun el creyente sabía que estaban vigentes en su corazón y que súbitamente dominaban en el Alma. 

Durante la santificación, el Alma empieza a revelar sus iniquidades, males, dolores y pecados ocultos. Damos gratitudes al Padre por no revelar esos males internos cuando estábamos inmaduros, recién convertidos en el primer amor. Agradecemos a Cristo porque solo en El, el Padre tiene la misericordia y paciencia de llevarnos mediante el proceso de purificación. Debemos permitir ser dirigidos por el Espíritu Santo mientras se nos revelan las impurezas que aún existen en nuestro interior, aceptando nuestra realidad espiritual y agradeciendo el proceso de santificación. En vez de sentirnos impuros o culpables, debemos arrepentirnos por cada pecado oculto o área mostrada por el Espíritu Santo que necesite purificación o sanidad interior. Esto incluye pedir perdón y perdonar a las personas que hemos herido y dañado y las que nos han dañado a nosotros. Mostrar nuestra vulnerabilidad en el proceso es difícil, especialmente para aquellos que aun llevan orgullo en su corazón.

Vergüenza y culpabilidad son sentimientos muy molestos. Es difícil enfrentarse cara a cara a esos sentimientos y las emociones que le acompaña. Aflicciones y congojas rebosan el corazón, por lo cual es difícil enfrentar esos pecados vergonzosos de los cuales participamos antes de entregar nuestras vidas a Cristo. Ahora que estamos en Cristo Jesús, comenzamos a ser redargüidos por el Espíritu Santo y nos re-encontramos con un Alma herida, dañada, maltratada, adolorida o llena de vergüenza y culpabilidad. Una Alma que necesita a Cristo para ser sanada, libertada y santificada así poder cumplir el propósito por el cual fue creada y apartada para salvación y vida eterna.

Es importante aclarar que, aunque el proceso de santificación puede ser doloroso al encontrarnos con nuestros pecados y heridas más internas, el propósito de este proceso no es de juzgar o hacerte sentir mal. Al contrario, es para completa liberta del Alma. Una Alma completamente libre puede adorar con libertad. La Palabra de Dios nos dice “…conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Entendiendo y reconociendo las ataduras internas que nos han mantenido regresando al mismo pecado o depresión mental y emocional liberta al individuo. Esto sucede si sabe usarse para el proceso de liberación, purificación y santificación. Lastimosamente, muchas veces, cuando el Espíritu revela lo íntimo de nuestra Alma; de donde surge nuestros males, algunos resultan en venganza. Por consiguiente, el Padre solo muestra estos males internos cuando tenemos la madurez espiritual y cercanía con El para que podamos vencer durante el trascurso.

Mi amado hermano en la fe, no te sientas abrumado cuando no entiendes porque sigues pecando deliberadamente. Solo ve a la presencia del Padre y permite que el Espíritu Santo te revele el pecado de Acá (Josué 7 - males que tenemos arraigados que no nos permiten ganar las batallas de la vida). Luego entra a cuenta con Dios en arrepentimiento. Ese es el propósito de la revelación, arrepentimiento. Luego del arrepentimiento viene la sanidad y finalmente eres libre. Veras que mientras más descubre tus males, más libre eres. El proceso de santificación depende de tu nivel de receptividad a este. Ojalá que tu proceso sea corto, el mío ha sido largo. Pero ya no existe culpabilidad ni vergüenza, solo siento el Amor del Padre tratando con mi vida ya que El desea que estemos cerca. Te exhorto mi hermano que reciba la corrección y sentirás el Amor del Padre en el proceso. Vamos escalando peldaños en cada proceso que vencemos. Lo importante es que no estamos solo, Él está con nosotros en cada paso y batalla que tenemos. Las victorias son de Él. Asegúrate siempre de darle las gracias por cada victoria que logras.

Te deseo un hermoso proceso con el Espíritu Santo.

Saturday, October 14, 2023

Arrepentíos y Convertíos Arrepentíos y Convertíos Arrepentíos y Convertíos

“Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor”, (Hechos 3:19).

2 Respondiendo Jesús, les dijo¿Pensáis que estos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque sufrieron esto? Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4 ¿O pensáis que aquellos dieciocho, sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, eran más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13: 2-5 LBA).

Muchas veces, el proceso de ser un auténtico cristiano podría resultar en varios pasos, podemos decir que requiere pujos. El pasaje de Marcos 8: 21-25 muestra una de las formas Jesús obro una sanidad, “Llegaron a Betsaida, y le trajeron un ciego y le rogaron que lo tocara. 23 Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo? 24 Y levantando la vista, dijo: Veo a los hombres, pero los veo como árboles que caminan. 25 Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y lo veía todo con claridad.” También es digno de mencionar el pasaje de Job cuando le dice al Padre, “de oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).  A veces esto sucede con algunos creyentes, necesitan pasos y pujos para conectarse y arraigarse a la Vid.

Como todo creyente debe conocer, el reconocimiento de Jesús, quien es El y a que vino a la tierra es el vital paso para ser llamado cristiano. Ya que algunos catalogan a Jesús como un profeta más. Este credo, habiendo recibido la revelación de Jesucristo, produce contrición de espíritu. El corazón se abate de tal manera y ríos de aguas vivas surgen. El Alma se aflige y reconoce que ha estado muerta en pecado y que requiere un cambio. El Alma tiene como entendido que esto solo sucede con una genuina confesión de Fe en Cristo Jesús; no una confesión de labios (Mateo 15:8) sino de lo más profundo del Alma. Después de esta confesión, la mente, la actitud, y el comportamiento comienzan a ser transformados, y este nuevo hombre empieza a vivir una vida dirigida por el Espíritu Santo. Penosamente, aun después de recibir esta revelación y de hacer la confesión de fe muchos perecen, regresando a su vieja manera de pensar y vivir. A estos le hizo falta convertirse de corazón. Podríamos teorizar, que a muchos le llega el remordimiento primero, luego el arrepentimiento y luego la conversión.

Para muchos la conversión es inmediata. Mientras que, para otros, es un proceso. Observamos algunos creyentes seguida su confesión de fe, surgen cambios drásticos, mientras que otros duran tiempos para dar frutos de arrepentimientos y conversión. Es importante señalar que, para lograr vencer el Mundo, la Carne (el cuerpo) y sobre todo a los dardos satánicos es necesario la conversión (claro la llenura del Espíritu Santo es indispensable). Existen muchos creyentes que se conducen semejantes a los gentiles. Van de aquí para allá, como las olas del mar; son tibios y tienden moverse y pasar de un extremo a otro fácilmente, profesar otras religiones. Es obvio que estos no se han convertido de corazón, y por lo tanto se le ha hecho difícil el Evangelio. Los ambivalentes son muy notorios; sus vidas son tambaleante y son débil para caer en tentaciones. Sus conductas confunden a los no creyentes, y pueden ser piedras de tropiezo para que otros vengan al Evangelio.  

Hechos 3:19 hace el parentesco y exalta la diferencia que existe entre estos dos términos. Un ejemplo del que está arrepentido, pero le falta la conversión, es que cree que es salvo por obras. Este vive su vida tratando de agradar a Dios haciendo sacrificios materiales, incluyendo sacrificios corporales. Contrario, el convertido sabe que es salvo solo por Gracia (Efesios 2:8) y que no existe sacrificio alguno que lo lleve a ser aceptado ante el Padre, solo Jesucristo Hijo y Su sacrificio en la Cruz del Calvario.  

En el Evangelio de Juan 1:14-16 leemos lo primero que Jesús exhorto al emprender Su ministerio: 14 Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, 15 y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.”  En el versículo 16 leemos el llamado a los primeros discípulos. Estos hombres estuvieron con Jesús desde el principio de Su ministerio, aun así, algunos de ellos le fallaron. También estudiamos que otros fueron convertidos desde el principio. Posteriormente al Pentecostés, muchos de estos se consolidaron en la Fe de Jesucristo y algunos fueron mártires. La conversión lleva al martinismo, ya que “ya no vivo yo, más vive Cristo en mí.”

Sin conversión no hay frutos de arrepentimiento genuino. Asegurémonos que estamos verdaderamente en la Vid, y que el Maestro no nos eche fuera y diga “sal, no te conozco” o que te saquen de las bodas porque andas con ropas manchadas (Mateo 22:11). Lucas 13:25-27 describe una escena muy triste. Muchos pensaban que eran parte de la familia, pero resulto que eran desconocidos: 25 Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. 26 Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.

Si estamos en Cristo Jesús, entonces estaremos trabajando para Su Reino y no para el nuestro. Predicando el Evangelio a tiempo y fuera de tiempo, marchando hasta los últimos confines de la tierra llevando este mensaje de Vida, y vida eterna.  Mateo 7:21-23 documenta las palabras de Jesús hacia aquellos falsos seguidores: 21 No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros[a]?». 23 Y entonces les declararé: «Jamás os conocí; apartaos de mílos que practicáis la iniquidad».

Podemos engañar a todos, pero nunca a Dios…por sus frutos los conoceréis. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; 28 y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano (Juan 10:27-28)


Sunday, October 1, 2023

Tengo Mi Remanente

18 Pero dejaré siete mil en Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal y toda boca que no lo ha besado (1 Reyes 19:18 v. LBLA).

Leyendo Las Escrituras observamos que Dios siempre se surte de relevos que continuaran Su plan. Dios nunca es sorprendido ni manipulado por los que se retiran u objetan trabajar con Él, sea por miedo, cansancio, o simplemente falta de fe. Recordemos que no somos indispensable; no somos los único que existimos para cumplir el propósito de Dios.  El versículo 16 del capítulo 19 1 Reyes relata lo que Dios le dice a Elías cuando este pensaba que solo quedaba el: “y á Eliseo hijo de Saphat, de Abel-mehula, ungirás para que sea profeta en lugar de ti.”

Como profeta de Dios, Elías tenía una relación cercana con Dios. Por un momento se le olvido con quien hablaba y tuvo la intrepidez de decirle a Jehová que era el único remanente para seguir el propósito de Él.

1 Reyes 19 también presenta la escena en la que Elías sale escapando de Jezabel. En los versículos 9 y 13 (dos veces) Dios le pregunta a Elías ¿qué haces?, y las dos veces Elías le responde lo mismo: 10 Y él respondió: He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela. 14 Y él respondió: He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela. Cuando leemos el capítulo completo (1 Reyes 19), notamos que Dios invita a Elías a salir de donde esta e ir al monte y encontrarse con El. Luego le hace la misma pregunta del versículo 9: “que haces aquí Elías.” Elías responde lo mismo (v.14), pero esta vez Dios es más directo, dándole ciertas instrucciones a seguir y le afirma Pero dejaré siete mil en Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal y toda boca que no lo ha besado” que seguirán adelante con Su propósito.

En Su amor y misericordia, Dios da oportunidad que meditemos lo que pensamos de nosotros mismo. A veces pensamos tan alto de nosotros (orgullo, altanería, etc.) y Dios nos trae a la realidad de nuestra humanidad y fragilidad. También nos hace recordar Su Majestad y Poder. Luego nos pregunta de nuevo, a ver si hemos recapacitado y cambiado de opinión acerca de quiénes somos. Sabemos que Dios detesta al soberbio y orgulloso, pero se deleita en el humilde de espíritu. Elías mantuvo la misma perspectiva de él, contestando lo mismo la segunda vez y Dios lo enfrento.

En nuestras relaciones humanas a veces olvidamos con quien estamos hablando. Algunos se asocian e interactúan con presidentes de organizaciones o incluso de naciones. En esas comunicaciones, al ser tan cercana la relación, se puede cometer la imprudencia de olvidarse del poder que tiene esa persona (s). Elías cometió el error de olvidarse con quien hablaba, y como Elías somos muchos en la Iglesia de Jesucristo. Creyéndonos que somos los únicos salvos que tenemos la revelación de la Biblia. Este espíritu religioso y altanero existía en los tiempos de la Iglesia Romana Católica. Esta pensaba que solo ella tenía la verdad del Evangelio. Por consiguiente, cometiendo desastrosos hechos hacia aquellos que eran de diferentes creencias y denominaciones.

Mucho no ha cambiado. En esta era, algunos Concilios y Congregaciones se consideran como los únicos que tienen La Verdad del Evangelio de Jesucristo. Esto es dentro de los mismos protestantes, Pentecostales y Evangélicos. Muchos han olvidado que el Reino de Cristo es mucho más grande y extenso que un concilio o una congregación local. La Iglesia de Jesucristo es global, no local, y tiene UNA SOLA CABEZA…JESUCRISTO. Dentro de La Iglesia existe un remanente que escucha y cumple los deseos del Padre. Estos están esparcidos por todo el planeta terrestre, no en una sola localidad u organización (concilio).

Debido a esta creencia, observamos la desunión que existe en La Iglesia. Pastores, congregaciones y concilios en enemistades; conflictos doctrinales, comunicaciones perniciosas, y en completa oposición. Con esto afectando la predicación del Evangelio y el crecimiento de La Iglesia, y cuando los gentiles observan estos conflictos dentro de la Iglesia no desean integrarse. Nosotros mismo somos piedras de tropiezo para que los gentiles vengan a Cristo. Muchas congregaciones no permiten que hermanos recién llegado a sus congregaciones trabajen en ningún ministerio hasta que no pasen por sus discipulados/escuelas - aun este hermano trae carta de recomendación de su pastor anterior. Estos ministerios están quietos, sin actividad, solo como oyentes hasta que no pasen por la escuela de doctrina de dicha congregación/concilio, y esto solo porque vinieron de otros concilios o denominaciones. Se tiene por entendido que todo nuevo agregado debe mostrar frutos de obediencia y un genuino deseo de trabajar en la obra, pero si trae carta de recomendación, lo cual es bíblico, se le debe dar oportunidad de trabajar en el Ministerio local.  Especialmente, cuando el Espíritu Santo, da confirmación de él/ella. Un pastor de Dios, puede discernir las personas que el Espíritu Santo añade a su ministerio.

Hasta que no regresemos a los cimientos antiguos, entendiendo que somos UNA IGLESIA, Cristo como Cabeza, Señor y Dueño de Ella, no veremos crecimientos espirituales en nuestra vida personal y mucho menos en el ministerio. Siempre estaremos derrotados y frágiles espiritualmente. Satanás toma ventaja de estos problemas internos, susurrando la mente y corazones de líderes para que continúen las divisiones y diferencias entre ellos. Prueba de esto, es que muchos hermanos de diferentes congregaciones no se saludan con el saludo cristiano (Dios te bendiga) ya que consideran que solo sus congregaciones son de Cristo. Si el Espíritu Santo evaluara las congregaciones, así como lo relata el libro de Apocalipsis en sus primeros capítulos ¿qué diría a estos concilios y congregaciones? ¿Qué le diría a los pastores y líderes? Muchas sorpresas habrán. Así cuando lleguemos al Tribunal de Cristo.

En Juan 17 encontramos la oración de Jesús al Padre y como enfatizo la unión y su importancia entre los miembros: 20 Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. 26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos (versos 20-26). En el libro de Los Hechos encontramos las proezas del Espíritu Santo por medio de los discípulos. Antes de esas hazañas, leemos la unidad entre los hermanos y como tenían todo en común (Hechos 4:32-36). Lo más observante es como el Espíritu Santo descendió sobre ellos en Pentecostés, donde estaban todos unánimes, unidos, en un solo espíritu. En ese espíritu, el Espíritu añadía cada día a La Iglesia de Jesucristo creyentes, y La Iglesia crecía desmedidamente (Hechos 2

La Iglesia es UNA y CRISTO la CABEZA. La encomienda a La Iglesia es continuar el trabajo de Jesucristo y Su Discípulos, la predicación de la Buena Nueva (el Evangelio) de Salvación a TODA la humanidad para Vida Eterna. Regresemos a los fundamentos de Cristo, claramente establecido en La Biblia, ¡entonces veremos los gentiles ser añadidos a La Iglesia por el poder del Espíritu Santo y el regreso de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!


Cristiano Maniquí

Ester 4:1-17 13  Entonces Mardoqueo  les  dijo que respondieran a Ester: No pienses que  estando  en el palacio del rey  solo  tú escapará...