15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura. 16 El que crea y sea bautizado será salvo; pero el
que no crea será condenado. (Marcos
16:15-16)
La Iglesia es la mediadora
entre el Gentil y Jesucristo. Cristo es el único mediador entre Dios y el
hombre y cuando regreso al Padre, le dio la encomienda y responsabilidad a la
Iglesia de perpetuar lo que El comenzó, el trabajo de reconciliación. La Iglesia
tiene el encargo de continuar el trabajo Jesucristo empezó. Ahora ella la conciliadora,
diplomática, delegada, apaciguadora, intercesora; es un Agente comisionado para
reconciliar al Gentil con Cristo para salvación. El evangelio de Marcos 16:15
documenta y establece esa encomienda.
Durante su ministerio en la
tierra Jesús eligió un grupo, entrenándolo por un promedio de tres años y medio,
dejándolo capacitado para que continuara la obra de restauración y reconciliación.
Jesús dejo todo por amor a la humanidad para obsequiarle la oportunidad de
arrepentimiento mediante el conocimiento del evangelio, con esto reconciliarlo
con el Padre nuevamente. Todavía existen
gentiles que necesitan conocer de Cristo, por lo tanto, es de la Iglesia permanecer
exaltando a Cristo y predicando su evangelio. Debemos tener el mismo amor que hubo en Cristo
para realizar el trabajo de evangelización. Recordando que una vez fuimos
gentiles, y que por Su Gracia nos encontró y salvo de la muerte eterna. Sin el
sentir de Cristo y Amor por lo del Padre (La Creación) no existirá motivación para
seguir. Ya que el mundo, satanás y la carne se interponen para ejercer el
trabajo. La Iglesia debe amar lo que Jesucristo amo, la humanidad, en especial
los enfermos – perdidos por el pecado. Jesús relata en Mateo 9:12 que los sanos
no necesitan de médicos sino los que están enfermos. El trabajo de evangelización
de la Iglesia está afuera; los pastores se encargan de pastorear las ovejas.
La Iglesia debe ser estratégica,
como lo fue Jesucristo. El usaba toda oportunidad presentada para hablar del
Reino. El entendía que “en los negocios de mi Padre me he necesario estar”
(Lucas 2:49 Parafraseado). Esto lo mantenía enfocado en el Reino y en Su misión
en la tierra. A veces nos desenfocamos del motivo de nuestra existencia. Desde que aceptamos a Jesucristo y Su
Evangelio nuestro vivir debe ser para El. En Gálatas 2:20 Pablo habla de haber
sido sacrificado con Cristo y que por lo tanto ya no es el quien vive sino
Cristo en él. Podemos leer sus trayectorias en el libro de Hechos. Esto sucedió
porque su enfoque era Cristo y lo que Él amaba. Pablo adopto e imito a Cristo y
su vida fue un testimonio vivo de su imitación del Maestro.
La Iglesia está para reflejar
a Cristo en TODO. En cada actividad de su vida debe exteriorizar a quien lleva
por dentro. En los hogares que son invitados, llevar revelar a Cristo; en las
actividades sociales, ostentar a Cristo, en fiestas familiares, en cada
movimiento de su vida Cristo debe ser manifestado. El Gentil está buscando lo
que una vez nosotros buscábamos. Compartamos lo que encontramos que nos dio satisfacción,
paz, descanso, vida eterna – Cristo el Salvador del mundo. No Lo guardemos para
nosotros, el Gentil necesita conocer ese Cristo que salva, libera, y conecta
con el Padre.
Démosle a estas fiestas
navideñas su verdadero sentido, Cristo. ¡Celebramos el nacimiento del Salvador
del mundo! (sea el día o no). Seamos sabios y estratégicos, aprovechando estas
fiestas, revelando su sentido original, exaltando a Jesucristo y su Sacrificio
en la cruz por amor. No perdamos el enfoque, envolviéndonos con los gentiles
que no saben lo que celebran. Jeremías 15:19 resalta que se “Conviértanse
ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.”