Apocalipsis
2 & 3
2:9“Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), …
3:1 “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto.”
Las Escrituras ampliamente alude la
posición de Dios con relación a la riqueza humana. Para el hombre la riqueza
puede significar independencia, mientras que, para Dios, al que la tiene, puede
causar dolencias. Una parábola bien conocida es la del hombre insensato,
relatado en el libro de Lucas capítulo 12: Y les dijo: Estad
atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en
sus bienes. También les refirió una
parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico
había producido mucho. Y pensaba dentro de sí,
diciendo: «¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?». Entonces dijo: «Esto haré: derribaré
mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y
mis bienes. Y diré a mi alma: Alma,
tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe,
diviértete». Pero Dios le dijo: «¡Necio! Esta misma noche
te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?». Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con
Dios.” Se podría concluir que, mediante esta parábola, Jesús
enseña y exhorta a Sus discípulos, que tuvieran cuidado al desear riquezas
humanas. No porque esta es diabólica, sino porque puede dañar el corazón al que
la posee indignamente. La riqueza bien habida puede ser de mucha utilidad. Lo
que pervierte la riqueza es la avaricia y el orgullo. Muchos acumulan fortuna
como un medio de autodependencia y seguridad, pero esta comodidad en lo que
poseen, lo pueden sacar de la dependencia de Dios. 1 Timoteo 6:10 relata, “10 Porque la raíz de todos los males es el amor al
dinero, por el cual, codiciándolo
algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.” La riqueza bien
usada, de acuerdo con el termino bíblico (ayudar a los pobres y expandir el Reino de Dios), puede ser de
mucha ayuda, especialmente cuando va acompañada de riqueza espiritual. La pobreza del hombre es riqueza de Dios.
Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis,
muestran la evaluación de Jesús a 7 Iglesias de Asia (Turquía. Derivando que estas representan
las Iglesias Globales). Mediante el apóstol Juan, Jesús envía Su apreciación
a cada una por nombre y ministerio. De todas ellas, es agradable leer lo que Jesús
le escribe a la Iglesia de Esmirna y Filadelfia. También es triste y
desconcertante leer la evaluación de Sardis y Laodicea. La Biblia relata que tanto Esmirna
como filadelfia eran Iglesias sufridas por guardar La Palabra fielmente; se
describen como ministerios firmes en las enseñanzas de Jesús. Mientras que Sardis
y Laodicea eran lo contrario. Sardis pensaba que estaba viva espiritualmente
(3:1: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto), Laodicea se llenaba de auge y orgullo por lo
que poseía (3:17: Porque dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de
nada tengo necesidad’; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima,
y pobre, ciego y desnudo,”). Tanto Sardis como Laodicea
fueron fuertemente reprendidas, pero aun tenían la oportunidad de ordenar su
vida (ministerio). Debemos dar gracias a Dios
cuando somos reprendidos para corrección. Triste es cuando no escuchamos
la reprensión y terminamos muertos – rechazados por Dios (ministerios caídos,
sin el respaldo del Espíritu Santo).
Isaías capítulo 1 revela como se sentía
Dios con los sacrificios de Su pueblo. Israel pensaba que estaba ofreciendo
sacrificios agradables a Dios, pero Dios le dice que sus holocaustos no eran de
agrado a Él. Dios nos evalúa con el fin de que cambiemos de actitud y
comportamiento; siempre para vida, no para muerte. Si Israel hubiese escuchado
la voz de Dios, quizás no hubieran sufrido por tanto tiempo, ni perdido su
tierra y lugar de adoración.
Pablo exhorta al joven Timoteo que
trate, dentro de lo que él puede, dedicarse a la enseñanza de La Palabra y predicación
del evangelio; que no sea ocioso ni entre en discusiones vanas ni contiendas, tratando
de andar en testimonio para el bienestar de los que aún no creen al evangelio
de Jesucristo, y para que la fe continue creciendo entre los hermanos. Esa exhortación
no solamente es para Timoteo, también es para nosotros. Por lo tanto, andemos en
Luz (Cristo) - presentándonos ante Dios aprobados, como obreros que no tenemos
de que avergonzarnos, usando La Palabra verdaderamente, no para nuestra
conveniencia. Quizás, cuando Cristo nos llame a Su presencia, su evaluación de
nosotros sea aprobada y podemos ver el gozo en el rostro del Maestro cuando nos
reciba en Su Gloria.
Esmirna y Filadelfia le dieron
regocijo al Maestro. La evaluación de El para ellas fue de aprobación y gozo. Si
estas leyendo este material, y tu vida aun no esta en orden, deja de leer y arrodíllate
ante el Padre, Hijo y Espíritu Santo en arrepentimiento. Endereza tu vida, dedicándola
como sacrificio puro y santo para el servicio del Reino de Dios.