“Puesto que Cristo ha
padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo
pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado,2 para no vivir el
tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres,
sino conforme a la voluntad de Dios.3 Baste ya el
tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en
lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables
idolatrías.4 A éstos les parece cosa
extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución,
y os ultrajan;” (1 Pedro 4:1-4).
Gozo de la Salvación. Este es un tema muy citado en sermones,
funerales, hospitales y en consejería cristiana. Muchos relacionan este decir
al fin de la vida y saber que no hay muerte eterna. Pero, ¿Qué es en verdad el
gozo de la salvación? Salmo 51:12 presenta al Rey David rogando al Padre para
que le devuelva el gozo de Su salvación: “Vuélveme
el gozo de tu salvación…” ¿que quiso decir David con esto? El Rey enfatiza que haría si el gozo le fuera devuelto: “Entonces enseñaré a los
transgresores tus caminos” (v.13a); “Cantará mi lengua tu justicia” (v.14c); “publicará mi boca tu alabanza” (v.15c). En
la Salvación hay deleite y liberación. Salvación es significado de completo
acceso al Padre y todo lo que El posee, ya que somos co-herederos con Cristo. También
es protección, amparo, defensa, resguardo, garantía de vida eterna. El apóstol
Pablo en Filipenses 4:11 y 12 considera el gozo de la salvación como algo
sólido, constante, invariable, eficaz: “Pues he aprendido a contentarme cualquiera
que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad;
en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado
como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir
necesidad.” Pablo vivía su vida en deleite desde su encuentro con Cristo. Lucas
2:10-11 registra ese Gozo como un gozo inexplicable, ese “gran gozo” que disipa
miedos y temores ¡Un gozo para toda la humanidad!
El Gozo de la Salvación es una actitud activa, estable,
deleitosa; no hay variación ni carácter personal, solo el carácter de Cristo. Las
circunstancias no determinan el caminar ni conducta del cristiano que ha
entendido lo que es el gozo de la salvación. Pablo dejo el enojo, ya no se irritaba
cuando observaba disensiones/variaciones entre creyentes que debían tener
madurez cristiana (discusión con Pedro, Bernabé, Marcos, etc.) El apóstol
recibió la revelación de la Salvación y lo expreso en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” El apóstol encontró
descanso para su alma y espíritu y aprovechaba el tiempo para predicar a Cristo
y Su evangelio. El tiempo era valioso para derrochar en disensiones y cosas
terrenales. Contrario a cuando no
se apropia de ese “gran gozo,” se testifica un evangelio mediocre; un
creyente en continua lucha con la carne, satanás y el mundo; viviendo una vida
amarga (lo contrario del gozo) de quejas, depresiones, inconforme.
Gálatas 5:22-23 identifica diversos gozos de la salvación. A
lo que a mi refiere, el mayor de ellos es el ¡Espíritu Santo! Tener al
Espíritu Santo a nuestro lado y viviendo en nosotros es glorioso; es un
privilegio de la Salvación. Hebreos 2:1-4 declama la magnitud de La Salvación y
como debemos cuidarla, “Por tanto,
es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no
sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue
firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando
Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos
del Espíritu Santo según su voluntad.”
La Iglesia es heredera de los bienes celestiales y co-heredera con Cristo. En el mundo
tendremos tribulaciones hasta que nos vayamos (sea que Cristo venga o muramos).
El Gozo de la Salvación (no solo la salvación) nos fue dado para que vivamos
confiado y en descanso, con la ayuda del Espíritu Santo. Es una tranquilidad y alivio
poder vivir en este mundo sin desear las cosas que este ofrece (dañinas). Al
hombre mundano le es extraño que un cristiano lleno del gozo de la salvación le
sea indiferente los atractivos de la carne. Desde que Cristo termino con el
pecado la carne fue puesta en sujeción al espíritu, por lo tanto, los deseos
del mundo no le atraen. Lo que se
denomina como delicias mundanas (riquezas, lascivias, orgias, etc.) es abominación
al espíritu de un creyente que goza la Salvación. Muchos creyentes todavía viven
en continua lucha espiritual con satanás y las delicias temporales que este
presenta. De la misma manera que Jesús, cuando satanás lo incito en el
desierto, el cristiano debe usar La Palabra para combatir esas provocaciones. Lo que hace diferente a un creyente que se
goza obedeciendo los mandamientos y ordenanzas de Dios, es que recibió la revelación
del gozo de la salvación y se apropió de ella. Es inminente rogar al Padre
para que recibamos y nos apropiemos de ese “gran gozo.” De lo contrario no
tendremos vidas victoriosas y no podremos disfrutar de la Gloria de Dios en la
tierra. El Padre desea mostrarnos Su Gloria, Su Majestad, Provisión, pero
debemos descansar y deleitarnos en ser parte del Reino Celestial viviendo como
embajadores en la tierra. El Gozo de la Salvación
es Descanso (En paz me acostare y asimismo dormiré…), Paz (la
paz que sobrepasa todo entendimiento), Confianza (No hemos visto justo
desamparado…), Seguridad en El (Sus Promesas; Jehová es mis Pastor y
nada me faltara), Amor (Nunca te dejare ni desamparare; Juan 3:16), Fe
(Provisión), Compañerismo (amigo fiel), Familia Espiritual (saber
que no estamos solos), etc. (puedes añadirle lo que venga a tu corazón).
¡GOZATE Y
DELEITATE EN JEHOVA Y EN EL GOZO DE LA SALVACION Y VERAS LA VICTORIA!