Éxodos 19:9-11
“9 Y el Señor dijo a Moisés: He aquí, vendré a ti en una densa nube, para
que el pueblo oiga cuando yo hable contigo y también te crean para siempre.
Entonces Moisés comunicó al pueblo las palabras del Señor. 10 El Señor dijo también a Moisés: Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos; 11 y que
estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí.”
¿Has considerado
la posibilidad que Dios desea una cita contigo? Para muchas personas es una
locura sentarse en un restaurante en una cita con Jesús. La costumbre de lo físico
hace difícil entender lo espiritual. La realidad es que nuestro Salvador y Rey
desea citas con cada uno de sus creyentes. El desea conversar, a solas; íntimamente,
con nosotros. Cada creyente está cargando su propia cruz. Esa cruz no se
comunica con otros creyentes porque puede envolver informaciones de muy poco
placer al oído humano, y solo los oídos de Jesús pueden escuchar sin juzgar ni señalar.
Cada creyente
debe sacar el tiempo, a solas, en privado, para hablar y escuchar a Dios. Es
triste pensar que algunos creyentes no creen que Dios pueda hablar con el
hombre. Consideran que esto solo sucedía en el Antiguo Testamento. Leemos en
las Sagradas Escrituras, Hebreos 13:8, que “Dios es el mismo Ayer, Hoy...” pero
parece que no creemos esto, o puede ser que no lo podemos procesar por la Excelsitud
de Dios. La realidad es que Jesús, Dios Padre y el Espíritu Santo desean tener
intimidad con cada creyente, y esto no solo en lo espiritual pero también en lo
natural. Job dijo “de oídas te había oído pero ahora mis ojos te ven” (Job
42:5). ¿Por qué no de aceptar que si
podemos entablar una conversación con nuestro creador? Esto abriría tantas
puertas espirituales y conduciría a establecer una intima relación con nuestro
Padre Celestial y con aquel que permitió que el Velo que separaba esa comunicación
se rompiera, ¡Jesucristo Hijo!
Dios Padre dijo
a Su pueblo Israel “pruébame en esto y abriré las puertas de los cielos…” Malaquías
3:10. Este versículo se usa mucho para los diezmos, pero en realidad el Padre
desea que también lo probemos en otras áreas, como en la comunicación y en relación
personal con El. Dios habla “hoy” y seguirá hablando “siempre” no te pierdas
ese privilegio de los hijos de Dios, y si eres hijo entonces puedes establecer
esa íntima relación con tu Padre Celestial.
Él lo desea, pero la pregunta es, ¿lo deseas tú?
Eliges el
lugar, la hora, y el tiempo. Puede ser cada mañana, tarde, noche, de madrugada.
Lo importante es elegir un espacio separado para ese encuentro. Esto puede ser tu
oficina, el patio, el closet, el parque, donde tú desees, y ahí Dios se
encontrara contigo. Pueda ser que con el tiempo de ese encuentro o cita, el
Padre, como hizo con Moisés (Éxodos 10:19), empiece a decirte donde y como
desea se reúnan. Qué hermoso seria escuchar al Padre, a Jesús o al Espíritu
Santo decir “hoy deseo reunirme contigo en…” ¡que privilegio tenemos los hijos
del Reino Celestial!
Hoy te reto a
que haga una cita con tu Padre Celestial…te aseguro ¡No quedaras defraudado!