"Cuando la nube se movió, la gente la siguió. Cuando ella paró, todos pararon"
Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.
Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego (Exodo 13:21-22).
A veces pensamos que estamos en la voluntad de Dios porque estamos trabajando en Su obra, decimos estar en “los negocios” de Dios. ¿Alguna vez has pensado que, a lo mejor, lo que haces no es la voluntad de Dios? Estar trabajando para la obra de Dios no necesariamente significa que estamos en la voluntad de Dios. El apóstol Pablo, en su buena intención y deseo, quería predicar en Asia pero el Espíritu se lo impidió: Los hermanos solo querían predicar a Cristo en Asia ¿qué paso entonces? ¿Porque el Espíritu se lo impidió? ¿Que había en Bitinia que le fue impedido llegar? ¿Has querido tu muchas veces predicar en lugares y el Espíritu te lo ha querido impedir, pero tu aun lo haces pensando que es Satanás incitándote a no hablar de Cristo? ¿Has querido ir a lugares y todo se te hace difícil, pero tú crees que es obra de Satanás porque van a suceder grandes bendiciones y milagros? ¿Te has puesto a pensar que puede ser el Espíritu impidiéndote la salida?
6 Seguidamente atravesaron las regiones de Frigia y Galacia, pero el Espíritu Santo les prohibió que, al menos por el momento, predicasen la palabra en la provincia de Asia. 7 Luego, bordeando los límites de Misia, se encaminaron al norte, con el propósito de alcanzar la provincia de Bitinia; pero el Espíritu de Jesús no permitió que lo hicieran, 8 en vista de lo cual, pasando junto a la provincia de Misia, llegaron a Troas.
(Hechos 16:6-8-Version Castilan). ¿Cómo interpretaríamos este pasaje? Tenemos que ser cauteloso y evaluar cada situación antes de asumir que Satanás es quien esta obrando. Como creyentes, lleno del Espíritu Santo, tenemos que aprender a discernir cuando es el Espíritu que nos impide hablar o salir en ciertas ocasiones o momentos. Como cristianos obedientes, debemos presentar TODAS nuestras salidas, entradas y decisiones al Señor para que sea Él quien las evalúe y las apruebe. Asegurémonos nosotros de obedecer la decisión del Espíritu. Porque El sabe lo que nos conviene. El es el único que escudriña los espíritus, si son de Dios o no. ¡No todo lo que brilla es oro! Todas nuestras salidas y entradas deben consultarse primero con el Espíritu Santo
El pueblo de Israel no se movía sin la dirección de Dios. De igual manera, nosotros los creyentes no debemos movernos sin la autorización del Espíritu, aun cuando parezca que es bueno. El pueblo de Dios pudo llegar a la tierra prometida porque la nube de Jehová estaba guiándole el camino. Ellos no se movían si la nube no se movía. Dejémonos guiar por la nube del Espíritu para estar en la voluntad de Dios. No contristemos al Espíritu para que su nube no se aparte de nosotros. Aunque decimos estar en ‘los negocios’ de Dios, no veremos la bendición de Dios porque estamos fuera de Su nube; de Su voluntad. Oremos al Señor para que nos de discernimiento y podamos distinguir las estaciones ¡caminando bajo Su nube; bajo Su comando!