Saturday, April 29, 2023

Poder y Autoridad de Satán

El Padre y Creador de TODO es El único que puede dar y quitar. El proporciona de acuerdo a la madurez, fe y voluntad; la voluntad de Él. Por lo tanto, el poder que Satanás posee es dado por Dios, y solo Él se lo puede restringir o quitar; activar o inactivar (Job 1:12; Lucas 22:31-32; Juan 19:11; 1 Reyes 22:23). Unos de los Libros de la Biblia más usado para entender este poder es el libro de Job. En su capítulo 1 versos 6-9, podemos leer y entender que aun Satán tiene que pedir permiso a Dios antes de usar el poder permitido a él por Dios. En el libro de Mateo, capitulo 4, leemos las tentaciones de Jesús (vs. 1-11). Jesús le recuerda a Satán su límite, ya que la Palabra del Padre puede desactivar las amenazas de él. Por eso es de suma importancia que nos empapemos de las Escrituras, leyendo continuamente La Palabra de Dios (La Biblia); orando en todo tiempo para no caer en tentación, y congregándonos en asambleas para fortalecernos los unos a otros. Jesús también recuerda a Pilato que él solo puede hacer lo que el Padre Celestial le permite (Juan 19:10-11). Como cristianos, debemos entender y discernir todo alrededor nuestro: ¿esta Satán actuando en nosotros permitido por Dios o porque nosotros le hemos cedido terreno?

Satán es uno de los creado por Dios, como somos todos los seres vivientes, incluyendo los Ángeles. Lucifer, también llamado Satanás (Griego) era de los ángeles que ministraban en adoración ante el Trono de Dios. Este perdió su belleza y luz cuando se rebeló contra su Creador. Ezequiel 28, Isaías 14, Mateo 4, Lucas 10, Apocalipsis (varios capítulos) narran escritos referente y relacionado con Satán. De todos estos, Apocalipsis establece el final de su reinado en la tierra y aniquilación de su poder antes del reinado del Mesías, ¡Salvador de la humanidad – Jesucristo Unigénito Hijo de Dios! 7 “Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, 8 pero no pudieron vencer ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12: 1-9). 

El poder de Satanás es otorgado por Dios (2 Corintios 12:7), pero la autoridad es concedida por el hombre pecador que se revela contra Jesucristo, y se niega aceptarlo como el Unigénito Hijo de Dios y Salvador del mundo en la cruz del calvario (Juan 3:35-36). Al pecar, el hombre accede autorización a Satán que obre en él (Lucas 8:32-33). Aun el cristiano, cuando peca, abre puertas al diablo y sus demonios. Satán no tiene autoridad ni poder sobre aquel que se mantiene agarrado de la Vid, aun en medio de las tentaciones y pruebas. Pero en el momento que condescendemos al pecado, y persistimos en este, somos presa del diablo. Un segundo de debilidad, nos puede convertir en botín del enemigo de nuestra alma. Sansón fue débil a la carne, y constantemente estaba cediendo a las tentaciones, y leemos como termino su vida. Este tenía un hermoso futuro en las Manos de Dios, pero cedió autoridad a Satán, y este lo consumió en su pecado y rebeldía contra Dios. Ya que sabía lo que debía y no debía de hacer. Por lo tanto, el pecado es el ingrediente determinante para que Satán tenga autoridad sobre el individuo. 

“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad” (Hebreos 2:1-4).

Hermanos en la fe de Jesucristo, no descuidemos nuestra vida cristiana, mantengámonos firmes y apegados a La Vid, que es Cristo Jesús, para que no seamos presa y botín de Satán. Oremos los unos por los otros siempre para que no caigamos en tentación (1 Corintios 10:13). 


Sunday, April 16, 2023

Arrepentíos y Convertíos

 

Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor, y Él envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para vosotros, (Hechos 3:19-20 LBA). 

Las congregaciones están llenas de cristianos arrepentidos. Estos sienten vergüenza y remordimientos por sus acciones, pero luego que el sentimiento de culpabilidad se disipa, regresan a los mismos actos.  No pueden disfrutan de la Salvación porque aún no se han convertidos; Jesús no es su Señor, solo es su Salvador. Juan el Bautista bautizo para arrepentimiento, pero en Jesús debe también surgir la conversión.

Las actitudes consecuentes del creyente deben tener cualidades y carácter de arrepentidos de corazón, no de la carne. Romanos 12 versículos 1 y 2 declara: “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.” Estos versículos y muchos otros en La Biblia muestran como debe ser la vida del creyente convertido de corazón. Muchos somos testigos de creyentes que aún siguen viviendo la vida que vivían antes de creer en Jesucristo como su Salvador. Fornicación, idolatría, borracheras, negocios ilegales, deslealtad a sus esposas (os), falta de compromiso con sus hijos, padres irresponsables, amantes del dinero más que de Dios, son algunas de las actitudes y comportamiento que aún prevalecen en medio del Cuerpo de Cristo. Entendemos que puede existir un proceso de cambio (aunque en algunos surge inmediatamente) para mostrar frutos de arrepentimiento a la nueva vida de conversión. La transformación de cada uno es individual dependiendo el nivel de sumisión y entrega a la nueva vida en Cristo. Filipenses 4:8 revela el cambio que debe suceder en la mente y hablar de la nueva vida. La vida en Cristo revela armonía, paz, regocijo, justicia, verdad, confianza, rectitud, fraternidad, hospitalidad, honradez, pureza (virtud), integridad, amor, templanza, y muchas otras características manifiestas por Jesucristo cuando vivió en la tierra.

Cuando nos sumergimos a la nueva vida en Cristo Jesús, surgirán conflictos entre los deseos de la carne y el espíritu. Nuestro espíritu desea hacer las cosas del Espíritu Santo, pero la lucha con el mundo y los deseos del cuerpo interfieren. Es una batalla que todo aquel que desea serle fiel a Dios y a Jesucristo de seguro va a experimentar. La Biblia nos habla de nuestros hermanos en todas partes del mundo que experimentaron estas batallas y que presentemente están viviendo las mismas batallas. Gálatas 5 16 al 26 claramente muestra los conflictos que experimentan los creyentes, especialmente los convertidos de corazón. En el mundo tendremos aflicciones, pero debemos confiar porque Jesús venció al mundo (Juan 16:33 parafraseado). Juan 16 (exhorto leerlo) es un capitulo muy regocijador ya que nos ensena de antemano las aflicciones y sufrimientos que tendremos en la nueva vida en Cristo, pero a la vez nos muestra la victoria, siempre y cuando nos mantenemos agarrados de la Viña. Colosenses capítulos 1 y 3, Gálatas 6, 1 Corintios 6:19, Efesios 4, y muchos otros capítulos y versículos Bíblicos son recomendado estudiar para entender el proceso de la nueva vida en Cristo Jesús que lleva arrepentimiento y conversión. Pero una conversión genuina, de corazón.

Esforcémonos a seguir este Camino, y al final recibiremos la recompensa prometida. Efesios 4 13 nos dice que, si perseveramos, obtendremos el conocimiento pleno del Hijo de Dios y llegaremos a Su estatura y plenitud.

 


Herencia Significativa

“ Y LLAMÓ Jacob á sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los postreros días. 2  Juntaos y oid, hijos de Jac...