30 “…pues, en efecto, por causa de Cristo
ha estado a punto de morir, arriesgando
su vida para suplir la ayuda que ustedes no podían prestarme.”
(Filipenses 2:30)
Muchos son llamados a servir en misiones externas mientras que otros internamente, pero todos somos llamados a llevar el Nombre de Jesucristo hasta el fin del mundo. Las misiones externas, donde personas dejan sus domicilios y a veces familias para irse a otras tierras desconocidas no necesariamente son más importantes ante los ojos de Dios que aquellos que predican el Evangelio localmente. Todo aquel que predica a Cristo, sea en su comunidad o en otras tierras, es considerado buen siervo delante de Dios. Cuando leemos La Escritura observamos que no todos los discípulos salieron o dejaron sus comunidades, domicilios o parentelas para expandir el Evangelio. Sin embargo, todos sirvieron al Reino de Jesucristo.
Es cierto que muchos desearían ir personalmente a lo que
estamos acostumbrados llamar un viaje misionero – fuera del país en el cual residimos-,
pero por condiciones físicas, familiares, u otras circunstancias no pueden ir
en persona. Este versículo de la carta de Pablo a los Filipenses (Filipenses
2:30) muestra claramente como los Filipenses apoyaron a uno de la congregación
para que fuera a representarlos a ellos. Lo importante del trabajo misionero es
la unidad. Si uno no puede ir, ayude al que puede salir apoyándolo en todo, no
solo en oración. Podemos ser participantes de las misiones indirectamente, pero
no debemos dejar de hacer misiones ya que es el Corazón de Dios. El mismo envió
a Su Hijo Jesucristo a una Misión a la Tierra. Jesucristo fue el primer Misionero
que dejo todo por amor a otros. Jesús dejo a Su Padre, comodidad y Gloria en
los cielos por la Humanidad.
En cada congregación debe existir el Ministerio de Misiones.
Una congregación que solo piensa en sí misma, como adquirir terrenos y
bendiciones internas, sin pensar en las necesidades del mundo fuera de ellos,
no puede crecer en el Ministerio. Siempre estarán paralíticos y en necesidades.
Las congregaciones que se enfocan en Misiones son respaldadas por Dios y nunca
carecen de lo necesario. No hablo de riquezas materiales, sino que sus
necesidades están provistas ya que se despojan de sí mismas para bendecir a
otros.
Si no puedes ir a una misión externa,
envía a otro, apoyándolo como si tu fuera el que irías. Recuerda, las misiones
indirectas son tan valiosas como las directas.