13 Y viniendo Jesús á las partes de Cesárea de Filipo, preguntó á sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros; Jeremías, ó alguno de los profetas.15 El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy? (Mateo 16: 13-15).
TODO lo que hacemos y decimos habla de nosotros; muestra nuestro carácter, orientación, creencia, convicción y cultura. El comportamiento ¡predica más que toda palabra que sale de la boca! Este, por lo general, persuade más que nuestras palabras. Tiene tanto poder que alguien escribió al respeto estas palabras: “Lo que haces hace tanto ruido que no me deja oír lo que dices.” Cuando leí esa frase, ese mismo instante entendí la definición de testimonio. Entendí que testimonio es la evidencia de nuestra vida no hablada. Este atesta, confirma, da fe y autenticidad a lo que hablamos.
El pasaje de Mateo 16:13-15 expresa la importancia del testimonio. Hablamos de testimonio muy a la ligera, sin darle la importancia que Jesús le dio. Te has preguntado porque Jesús pregunto a Sus discípulos en ese pasaje bíblico ¿que dicen los hombres y ellos de El? ¿Por que Jesús considera importante que dicen los demás de nosotros?
Si leemos cuidadosamente Jesús hizo dos preguntas a Sus discípulos. La primera considerando que dicen los de afuera (los no creyente) de El. Segundo, que dicen los de adentro (Sus discípulos). En nuestro caso, seria que dicen los incrédulos y los hermanos en la fe de nosotros. Así como Jesús, ¿le has dado tú importancia a tu comportamiento hacia los demás? ¿Has valorado y considerado que dicen los demás de ti?
El apóstol Pablo sufrió persecuciones, rechazos, latigazos y otras molestias. En Gálatas 6:17 el apóstol enfatiza las cicatrices que lleva en su cuerpo por amor de Cristo y Su evangelio. Sus cicatrices son testimonios/evidencias de no vender La Verdad, a pesar de sus persecuciones. Pero más que Pablo es nuestro Señor Jesucristo que murió en la cruz. Su muerte en la cruz dio testimonio a la humanidad de Su inmenso amor por ella. Sus llagas y clavos en las manos y pies muestran lo que tuvo que pasar para darnos vida. La vida de nuestro Señor fue un testimonio constante de Su amor por nosotros. ¿Estamos nosotros evidenciando nuestro amor por El? ¿Sabe el mundo (los incrédulos) que tu eres cristianos? ¿Saben tus hermanos en la fe que eres un verdadero cristiano que no vende la verdad a pesar de tus tribulaciones? Recuerda que nuestro Señor dijo que “por sus frutos los conoceréis.” ¿Estas tu dando frutos que evidencia la magnitud de Cristo en tu vida?
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