“38 Saúl
vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza
y lo cubrió con una armadura. 39 David se ciñó la
espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no
se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: No puedo caminar con esto, pues
no tengo experiencia con ellas. David se las quitó, 40 y tomando su
cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco
de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al
filisteo” (1 Samuel 17:38-40 v. LBLA).
La armadura de otro, aunque sea tu medida, no
está hecha para tu diseño físico. cada persona tiene su propio fisiquee; aunque
tiene la medida, no necesariamente aplica el diseño. Un ejemplo de esto son los
diseños y medidas europea, estas mayormente difieren de otros países. La
medida europea es numérica, y aunque otros diseñen medidas numéricas, no se
aplica a la de Europa. Una vestimenta hecha para Estados Unidos tiene medida
diferente a la hecha para o en Europa. Aunque Estados Unidos quiera imitar las
medidas numéricas, no se acomodan a las de Europa. El mismo concepto aplica a
los dones espirituales y llamados ministeriales. Muchos se visten de pastores
cuando han sido diseñado (llamados) evangelistas.
Las armaduras ajenas te impiden agilidad -
movilizar cómodamente. Estas no se sienten agradables en el cuerpo ya que son
ajenas; no se puede circular con desahogo. El caminar, correr, lanzar, saltar
se hace difícil; no se posee la misma independencia y destreza que si estuviera
hecha para tu cuerpo. David no podía marchar con la vestimenta de Saúl, no fue
diseñada para él, pero tampoco sabía usar la espada, no tenía destreza en ella,
por lo tanto, resolvió quitársela. Después que removió la vestimenta/armadura
ajena, pudo entonces conquistar y matar al gigante. Existen gigantes
personales, como el desear los ministerios ajenos, que mientras no sean depuestos
no podemos ejercer nuestro propio ministerio. Si no has sido elegido/escogido/llamado
para cierta función, aunque te equipes y vistas no brillaras. Hasta que no te
quites la armadura ajena no podrás ponerte la tuya.
La tribu de Levi fue llamada al sacerdocio
(Números 3). Ellos fueron los elegidos y ungidos para ese servicio en el
Templo/Tabernáculo/Santuario. Cualquier otra tribu que tratara de quemar
incienso era aniquilada (Numero 3:10) ya que no era su tarea ni elección. Éxodo
31 también hace referencia de los escogidos
para hacer lo necesario para el Tabernáculo: “31 Y el Señor habló a Moisés, diciendo: 2 Mira, he llamado
por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. 3 Y lo he llenado del Espíritu de Dios en
sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte, 4 para elaborar diseños, para trabajar
en oro, en plata y en bronce, 5 y en el labrado de piedras
para engaste, y en el tallado de madera; a fin de que trabaje en toda clase de labor. 6 Mira, yo mismo
he nombrado con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y en
el corazón de todos los que son hábiles he puesto habilidad a
fin de que hagan todo lo que te he mandado: 7 la tienda de
reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio sobre ella y todo el
mobiliario del tabernáculo; 8 también la mesa y sus
utensilios, el candelabro de oro puro con
todos sus utensilios y el altar del incienso;9 el altar del
holocausto también con todos sus utensilios y la pila con su base; 10 asimismo las
vestiduras tejidas, las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las
vestiduras de sus hijos, para ministrar como sacerdotes; 11 también el
aceite de la unción, y el incienso aromático para el lugar santo. Los harán conforme a todo lo que
te he mandado” (1-11v.LBLA). Debemos
tener cuidado con desear los ministerios y llamados ajenos. Aunque lo podamos
ejercer, no significa que estamos ungidos para el trabajo. Jeroboam tomo
posesión de la tribu del Norte (10 tribus) e hizo actos no aprobados por
Jehovah, por lo tanto, perdió todo, incluso su familia. 1 Reyes 13 cuenta su
historia y final por hacer lo malo delante de Jehovah, aun siendo amonestado
por el profeta.
Cuando Dios llama, El capacita para el trabajo y la obra (2
Corintios 1:21). Dios es orden y sus llamados son predestinados (Romanos 8:30).
El conoce el corazón y sabe aquel que se dejara capacitar. El no solo capacita,
sino que también respalda. El Padre desea que todo hijo funcione en la casa. Por
lo tanto, suministró habilidades y nombramientos para que la casa funcione en
orden y koinonia. Si aún no sabes cuál es tu predestinada funcion en La Iglesia o en el Reino de Dios, pregúntale al que te predestino, El Padre
Celestial. El contestara las peticiones de tu corazón. Jeremías 29:11 señala
claramente los deseos del Padre para sus hijos: 11 “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara
el Señor— “planes de
bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” Cuando encuentre tu predestinada función, vístete
y ármate, de inmediato sabrás que es tu oficio porque la vestimenta te acomoda
y te sientes libre para moverte y caminar. ¡Entonces veras la obra del Espíritu
Santo, quien se encargará de capacitarte! David no pudo funcionar con la
vestimenta de Saúl. Dios no lo iba a equipar ya que estaba fuera de su
vestimenta. Dios es orden y solo capacita al que ha elegido. Penosamente, encontramos
muchos que se denominan a sí mismo o son nombrados por herencia, y hasta que
encontremos nuestro llamamiento, predestinación o designación, el Espíritu
Santo no equipara ni capacitara.
No ambiciones las vestimentas ajenas. No te vistas con
armaduras de otro. Dios tiene lo tuyo separado y nombrado. David dijo “pacientemente
espere en Jehová y el me oyó (Salmos 40:1 Parafraseado). No te afanes por
recibir lo tuyo; cuando lo recibas sabrás que fuiste llamado para ese tiempo y
ese momento. Solo espera en Jehová, Él nunca llega tarde.
Dios te Bendiga
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