Saturday, July 6, 2024

El Peligro del Sentido del Derecho

El entitlement (Ingles) o sentido del derecho no da lugar al agradecimiento. Estos dos no se llevan entre sí; nunca estarán de acuerdo. No podemos decir que estamos agradecidos y quejarnos a la vez de nuestras situaciones.  El individuo que considera que es galardonador/merecedor tiende a no ser agradecido. Esta actitud la observamos mucho en los hijos y en personas con título o nobleza que esperan ser siempre alagados, reconocidos, exaltados. Estos esperan ser tratados mejor que los demás y recibir el primer lugar donde llegan.

En La Sagrada Escritura encontramos casos e historias similares. Por ejemplo, las continuas quejas del Pueblo de Dios; los 10 Leprosos - solo el Samaritano regreso agradecer; Adam y Eva en el Paraíso – no se conformaron con lo que tenían, lo querían TODO. Solo un árbol de la foresta le fue prohibido, pero por falta del agradecimiento cedieron a la tentación y mentiras del diablo. El Sentido del Derecho opaca el entendimiento. Aquellos con este espíritu, tienden a ser exigentes, no se conforman con nada, no piden permiso ya que creen que los demás deben seguir como ellos perciben las cosas. Están siempre en conflictos y discusiones, ya que no aceptan lo opuesto a ellos. Este espíritu es uno de los espíritus de Satán, ya que también él no se conformaba con ser el Ángel cercano a Dios, sino que deseaba ser Dios.

En la Iglesia también podemos observar este espíritu actuando en algunos líderes y familiares. Personas que desean ser servidos en vez de servir. Algunos desean las sillas delante (a veces en el Altar) para ser vistos por los hombres y alagados por ellos. Ministros que refutan si no le dicen apóstol o reverendo. Observamos enorme desigualdad de trato en la Iglesia. Sabemos que ese No es el Espíritu de Cristo, ya que El mismo lavo los pies de los discípulos como señal de humildad e igualdad entre los hermanos. Incluso, Jesús enfatizo que El vino a servir, no a ser servido. Ese debe ser el espíritu que gobierne en la Iglesia. Lamentablemente, observamos que muchos son alagados y exaltados más que Jesucristo.

Nuestro Salvador y Señor Jesucristo no hace diferencia de personas, por consiguiente, Su Iglesia tampoco debería. Es una vergüenza que esto esté sucediendo en la Iglesia de Jesucristo. Mientras exista el espíritu de Sentido de Derecho, lo cual es parte del espíritu de orgullo, existirá la diferencias y divisiones entre congregaciones, líderes y miembros.

La humidad genuina de corazón va de mano del agradecimiento. El hecho de ser llamados Iglesia de Jesucristo no debe hacernos sentir mejor que los gentiles. Al contrario, nuestro corazón debe estar compungido por ellos. Debemos tener el sentir que hubo en Cristo Jesús, que no escatimo ser Hijo por amor a los gentiles. Nosotros también en un tiempo fuimos llamados gentiles (fuera de la Gracia de Dios) y nos habíamos olvidado de Jesucristo y Su sacrificio en la Cruz. Ahora debemos hacer todo lo posible para alcanzar los gentiles para que se unan a la Familia de Dios en Cristo Jesús.

No seamos como el pueblo de Dios, que sentían que eran merecedor de todo, y en vez de dar gracias a Dios por el Mana que recibían, se quejaron. Estos se quejaron en todo el viaje por el desierto, incluso, su falta de agradecimiento los llevo a diseñar y adorar un dios de oro. Tengamos cuidado y escudriñemos donde esta nuestro corazón. Podemos caer en el pecado de quejas fácilmente. No somos mejor que el Pueblo de Dios (Israel) en el desierto. Debemos utilizar la historia vivida de ese pueblo como alerta para no hacer lo mismo. Si el pueblo de Dios hubiera sido agradecido en el desierto, a lo mejor hubieran durado menos tiempo en él. Debemos considerar el Agradecimiento como una forma de Adoración a Dios.

Seamos agradecidos en todo y con esto agradaremos a Nuestro Padre Celestial.


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