“Respondió
Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”
Juan
3:5
Nacer de nuevo
es una expresión que se usa muy a la ligera entre los cristianos. Muchos abogan
que esto rápidamente sucede al declamar la oración de salvación. Esta idea es
grandemente errónea. La cual ha causado confusiones, dudas y desilusiones
cuando las expectaciones (unción del Espíritu Santo) del nuevo nacimiento no
son seguidamente manifiestas en el nuevo creyente. La profesión de fe no es más
que eso, fe en Jesucristo y Su evangelio. Nacer de nuevo va más allá que una
proclama de fe en Jesucristo y su muerte redentora. Esto conlleva el nacimiento
en el espíritu, lo cual sucede cuando la unción del Espíritu Santo es derramada
sobre el creyente. Entonces el espíritu del hombre se enlaza con el Espíritu
Santo, y ya no vive para sí, sino que vive para Cristo. El hombre carnal muere
para darle gobierno al espiritual. Romanos 10: 9-10 expresa la profesión de fe
para salvación, pero nacer de nuevo es otra cosa. Jesús dijo a sus discípulos
que era necesario que fueran bautizados y llenos del Espíritu Santo antes de
salir a las naciones. Juan 20:22 relata cuando Jesús impartió unción sobre los
discípulos antes de que salieran a predicar el evangelio dentro de Jerusalén: “Y como hubo dicho esto, sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo,”
pero aun necesitaban la llenura completa para poder ser discípulos
dispuestos a morir por El. El libro de Hechos capítulo 1 versículo 8 relata las
palabras de Jesús a los discípulos: “Mas recibiréis la virtud del Espíritu
Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Cuando Jesús partió a los cielos (Hechos
1:9) los discípulos quedaron en Jerusalén, pero aun estaban llenos de miedo y
temores, escondidos en las casas y hablándose por señas y en lugares ocultos. Después
de la llenura, el nuevo nacimiento germinó, ya no tenían miedo a ser vistos y encarcelados;
otros sufrieron muerte (Esteban). Muchos de ellos se graduaron de discípulos a
apóstoles por las maravillas que el Espíritu Santo hacia mediante sus vidas…y
el Señor añadía diariamente a la Iglesia!
Las congregaciones están llenas de creyentes que
aun no han nacido de nuevo. Aseguran que porque son constantes en la asistencia
de las reuniones del templo, diezman y “no pecan” han nacido de nuevo. Muchos
cristianos y creyentes no han tenido un ‘verdadero’ encuentro con Jesucristo; no
han podido experimentar las riquezas del nuevo nacimiento ya que esto solo se
consigue con la llenura del Espíritu Santo.
Lamentablemente, la realidad es que existen cristianos
que no creen en la Tercera persona de la Trinidad. En vez de Persona le llaman ‘fuerza’ de Dios dada al hombre para
fortalecerle. Las controversias respeto al Espíritu Santo y Su función en la
Iglesia son profusa. Algunos no creen en Su manifestaciones, mientras otros
dicen que “eso era para el tiempo de los apóstoles.” ¿Cómo puede un
creyente/cristiano ser lleno del Espíritu Santo si no cree en El? ¿Cómo puede
nacer de nuevo si esto solo sucede en la Llenura del Espíritu Santo? (muchos dicen que solo actuó en los primeros
discípulos).
Jesús dice que es necesario nacer del Espíritu, y ordeno a
los discípulos que no se movieran hasta no ser llenos del Espíritu Santo. El
que cree en la Biblia entonces debe saber que el Maestro enfatizo la Tercera
Persona de la Trinidad y la importancia de Su función en la Iglesia. “30 “El que no es conmigo,
contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.31 Por tanto os digo: Todo
pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el
Espíritu no les será perdonada.32 A cualquiera que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable
contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el
venidero” (Mateo 12:30-32). Entonces, ¿a quién creemos? ¿A Jesús o a nuestra interpretación
de lo que El dijo?
Sin la llenura (unción) del Espíritu Santo no surge el nuevo
nacimiento. ¿Deseas continuar viviendo de las migajas del Reino, o te animas a
creerle a Jesús y gozar de las riquezas del nuevo nacimiento saturado con la
presencia del Espíritu Santo? Tú eliges.
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