“En Él 11 también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, 12 a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria” (Efesios 1(BLA)).
Somos
sellados con el Espíritu Santo desde el momento que recibimos a Cristo en
nuestro corazón y decidimos seguirle y servirle. Al ser sellado, somos también seleccionado,
ungido, separado, predestinado para tareas específicas en el Reino de Dios. El
Padre nos ha dotado de talentos y regalos espirituales para llevar a cabo esas
tareas. Él nos ha posicionado y preparado para el trabajo y beneficio de Su
Reino, Su Pueblo y la Iglesia de Jesucristo. Moisés, Jeremías, David, Daniel,
José, Juan el Bautista y Jesús son claros ejemplos de selección y
predestinación. Al tiempo indicado, la unción en ellos fue activada y pudieron
ejercer lo destinado para sus vidas. Mientras no estemos alineados a lo que
está escrito en El Libro acerca de nuestro propósito de vida, las semillas que
plantamos serán absorbidas, pero no darán frutos a su potencial.
Algunos están en ministerios incorrectos, y aunque podrían bendecir a muchos,
las bendiciones serian mayores y más poderosa, si estuvieran en el ministerio
correcto; alineados con Dios.
Cuando
caminamos en nuestro destino Divino, veremos puertas cerrar y abrir sin
preocuparnos, sabiendo que las puertas que cierran pueden ser que no era el
tiempo o la estación de abrirse. Puertas que vimos cerradas ahora las vemos
abrirse ya que era el tiempo Divino. Algunas puertas se abren por una
temporada, pero luego cierran ya que solamente era por un tiempo y propósito
determinado. Caminar en el espíritu es esencial y eminente para discernir
ordenes Divinas. Anhelemos andar en el potencial divino produciendo más frutos
para el Reino de Cristo. Predicando este Evangelio de Buenas Nuevas y Eternidad
a todos…hasta el fin de la tierra.
El
mundo espiritual es más real que el terrenal - en lo espiritual se planea lo
terrenal. Dios planifica y ordena en lo espiritual y se realiza en lo terrenal.
El mundo terrenal fue creado en la mente y corazón de Dios, y solo Él lo tiene
vigente. Mientras el hombre vive el presente; en espacio, Dios vive en lo
eterno. En el momento que Dios decida, este mundo terrenal desaparecerá y solo lo
espiritual permanecerá. Por lo tanto, consideremos vivir siempre en el
espíritu, conectados con el Espíritu de Dios y así entender nuestro destino y
verdadero llamado para el Reino de Cristo, produciendo el 100%!
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