El llamamiento de Eliseo
19 Elías salió de allí
y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Había doce yuntas de
bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elías pasó junto a Eliseo y
arrojó su manto sobre él. 20 Entonces Eliseo dejó
sus bueyes y corrió tras Elías. ―Permíteme despedirme de mi padre y de mi madre
con un beso —dijo él—, y luego te seguiré. ―Anda, ve —respondió Elías—. Yo no
te lo voy a impedir. 21 Eliseo lo dejó y regresó.
Tomó su yunta de bueyes y los sacrificó. Quemando la madera de la yunta, asó la
carne y se la dio al pueblo, y ellos comieron. Luego partió para seguir a Elías
y se puso a su servicio (1 Reyes 19:19-21).
El corazón de Eliseo ya estaba
preparado para el llamado de Dios. ojalá todos fuésemos igual a Eliseo, que
dejo todos los beneficios terrenales, sin ninguna hesitación, y atender el
llamado Celestial para su vida. Este pasaje parece mostrar la convicción de
Eliseo en la decisión que tomaba. Pareciera como si él estaba en la espera del
momento que Dios lo iba a utilizar para Su Reino Celestial en la tierra. Eliseo
eligió lo infinito y eterno dejando lo finito y pasadero.
Muchos cristianos expresan tener el deseo de servir a Jesucristo y Su
Reino, y pueda que sus deseos e intenciones sean ciertas y de corazón. Lamentablemente,
sin convicción no hay acción. El deseo es bueno y Dios observa la intención y aspiración,
pero Dios busca corazones convencidos y obedientes que están dispuesto dejar
todo lo terrenal por el Reino Celestial. Dios anda buscando Elíseos, hombres y
mujeres que no vacilan al elegir a Dios y a Jesucristo. Estos Elíseos no tienen duda, dilemas, oscilacion, incertidumbres; no están en conflictos, ni aprietos cuando
Dios les llama. Es como si estuvieran a la expectativa del momento preciso;
parecieran estar esperando alegremente el momento del Kairos de Dios para sus
vidas. Eliseo solo se despidió de sus padres, y quizás familiares cercanos y
repartió sus riquezas alegremente, celebrando con sus allegados, parecía estar
gozoso en compartir sus bienes celebrando su verdadera vida – sirviendo al Dios
de sus padres y pueblo. Jesucristo afirmó que todos aquellos que dejan todo por
El, recibirán bendiciones no solo en los cielos, pero también en la tierra: “Y todo el que haya dejado casas, o
hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre,
recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” (Mateo 19:29). Cuando
primeramente buscamos y nos enfocamos en el Reino de Dios, las bendiciones
secundarias serán añadidas (Mateo 6:33 parafraseado). “Porque el que quiera
salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la
hallará.”
Varias veces el Padre
envía ministros que nos tiren el Manto, pero nosotros dejamos pasar las
oportunidades por las ocupaciones y responsabilidades diarias. Elías no forzó a
Eliseo a que le siguiera (v.20), fue Eliseo que regreso y recibió el Manto del
llamado del Padre. Elías solo fue el instrumento que Dios uso, pero quien le
tiro el Manto a Eliseo fue Dios. Eliseo eligió sabiamente, lo perpetuo y
duradero. La Palabra de Dios nos dice en 1 Juan 2:15-17 que 15 “No améis al mundo ni las cosas que están en
el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay
en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia
de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y también sus
pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
Oro para que el Espíritu
Santo te ayude a estar a la expectativa cuando Dios te llame a trabajar para El.
La próxima vez que tu espíritu te haga sentir que la Palabra recibida fue de
parte de Dios, llamándote al Ministerio de Él, no del hombre, estés apercibido
y respondas “heme aquí, soy tu siervo/a.” Te exhorto que no desperdicie tu vida
complaciendo tu cuerpo y alma, elige a Jesucristo, lo espiritual, lo infinito y
eterno.
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