Alzare mis ojos á los montes, ¿De dónde vendrá mi socorro?
¿Cuántas veces te has sentido que estas solo? No encuentras refugio ni refrigerio para tu alma. Te pregunta si estas en pecado porque no sientes ni padeces. Solo hay un vacío; una inconsolable tristeza que embarga tu alma. ¿A quién acudes cuando te sientes triste? ¿Cuál es tu escape? Espero estés acudiendo al único que puede darte refrigerio. El único que lleva por nombre Príncipe de Paz. El único que te entiende y desea darte el refrigerio que buscas. Se llama Jesucristo. Aquel que ha recibido la revelación sabe que ¡nuestro socorro viene de Jehová!
Dios Padre, Jehová de los ejércitos, envió a Su Unigénito, Jesucristo, para que en El tuviéramos paz y esperanza. El mundo, mejor dicho Satanás, siempre ha tratado de robarnos de esa paz dada por Cristo en la cruz del calvario. En Cristo tenemos paz, pero si no miramos a Cristo en tiempo de pruebas, estas se convertirán en angustias. Las pruebas se tornan en angustias cuando no miramos al cielo, donde encontramos nuestro auxilio. Cuando estás en pruebas, ¿dónde está tu corazón? La Escritura nos dice que donde esta nuestro tesoro ahí esta nuestro corazón (Mateo 6:21). ¿Están tus ojos puestos en las cosas del mundo, o en las cosas de arriba? ¿Buscas consuelo en el mundo, o lo buscas en el cielo? Tu paz vendrá dependiendo el lugar donde la busques. Jesús nos dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).
Para sobrevivir este mundo, tenemos que estar escondido en Cristo. Nuestra única defensa al diablo es la sangre preciosa de nuestro señor Jesucristo. Tenemos que ponernos las armaduras de Dios (Efesios 6: 11- ) para poder estar firmes contra las acechanzas del diablo. Ni la sabiduría ni inteligencia de este mundo te sirven para pelear y resistir al diablo. ¿Dónde está tu corazón?
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