Solo cuando entendemos el propósito por el cual fuimos creado tendremos paz. El propósito divino en nosotros nos mantiene con la mira puesta en El. Toda nuestra energía estará enfocada en el propósito para el cual fuimos enviados a la tierra. Somos creación y diseño Suyo. Hemos sido diseñados para una obra específica en el Reino y para el Reino. Considero que así como en el Antiguo Testamento existieron “instrumentos” de “honra” y de “juicio” de igual manera en este tiempo Dios ha separado y predestinado instrumentos para mostrar Su juicio y Su gloria. Pero solamente cuando ese propósito sea revelado se abrirán nuestros ojos y entenderemos la razón de nuestro vivir. Entonces podremos decir que tenemos verdadera paz en medio de la tormenta. Esa paz de la cual habla La Escritura “que sobrepasa todo entendimiento.”
Vemos mucha gente buscando como satisfacer sus vacios. Incluso creyentes que dicen Cristo es su todo. Pero sin embargo viven una vida amargada, depresiva, sin el gozo de la salvación. El motivo es el mismo. Ellos no han encontrado, o no se le ha revelado el propósito divino para su vida. Hay un propósito general Jesús le dejo a la iglesia “id por todo el mundo y predicad el evangelio.” Este no es el propósito al cual me refiero. Hay un propósito individual/personal por el cual el Padre nos creo y nos envió a la tierra. Hasta que ese plan divino no se sea revelado y entendido estaremos en busca de “ese” algo que satisfaga nuestro vacio.
Dediquemos tiempo con el Señor para que El nos revele el propósito individual para nuestra vida, y así poder vivir en la tierra de una manera fructífera.
¡El fruto de nuestra existencia se manifestara solo cuando hayamos recibido la revelación divina de nuestro propósito en la tierra!
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