“Y la mano de Jehová fué sobre mí, y sacóme en
espíritu de Jehová, y púsome en medio de un campo que estaba lleno de huesos. E hízome pasar cerca de ellos por todo
alrededor: y he aquí que eran muy muchos sobre la haz del campo, y por cierto
secos en gran manera”
(Ezequiel 37:1-2).
Me pregunto, ¿cuantos cristianos están muertos en vida?
Existe un decir popular: ‘Ojos
vemos corazones no sabemos’. Se hizo una película con el título ‘Hombre
muerto caminando.’ ¿Cuantos cristianos están caminando y son huesos secos?
Sus huesos se han secado por la falta de esperanza debido a las desilusiones de
la vida; se han cansado de esperar que Dios actuara en su vida, en su
ministerio, en su familia. Pero continúan esperando, porque aun su fe en Cristo
está presente, carecen de aliento; viven en sepulturas aunque todavía respiran.
A estos los vemos activos en la congregación y observamos sus rostros con
sonrisas amables, pero ¡cuánto tristeza embarga su corazón! Estos oran, ayunan
pero no escuchan de Dios, y a veces sienten que Dios los ha desechado. Muchos
pierden el gozo de la Salvación, aunque continúan activo en la obra de la
iglesia. Perder el gozo de la salvación no es indicación de perder la salvación. El evangelio de Mateo 24:12 reporta la
sequedad espiritual que muchos iban a experimentar, en los últimos tiempos, por
la multiplicación de la maldad. Jesucristo de antemano nos advierte de estos
tiempos, lo cual muchos de los salvos iban a atravesar. Lo importante es
perseverar durante la sequedad espiritual; mantenernos fiel a lo que hemos
creído en Cristo, ¡guardando la Palabra de Su paciencia!
Ezequiel 37 habla de “muy muchos sobre la haz del campo.” Con esto
reportando la extensión de cuerpos muertos (huesos secos) en el desierto.
Quizás no podemos reconocer esos hermanos dentro de la congregación ya que
muchas veces estamos concentrados en nosotros, y simplemente carecemos de amor
por los demás. Otras veces
carecemos de discernimiento espiritual, o pueda ser que el Espíritu Santo
impida que veamos la sequedad en otros hermanos porque somos cristianos
inmaduros y en vez de ayudar al hermano lo criticaríamos. La realidad es que dentro de la
iglesia de Jesucristo existen huesos secos.
La Palabra de Dios
escudriña lo más íntimo del hombre, su corazón. Ezequiel 37 es un ejemplo de
que nuestro Creador conoce lo más íntimo de Su creación. Jehová discernió los huesos secos
dentro de Su pueblo y reconoció la sequedad espiritual que existía. Por lo
tanto le hablo a Su profeta para que este viera la condición del pueblo y
profetizara palabra de Jehová sobre ellos. Los huesos secos de la Iglesia de
Jesucristo, al igual que el pueblo de Dios, necesita que se le profetice
palabra de Dios. “Díjome entonces: Profetiza sobre estos huesos, y
diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así
ha dicho el Señor Jehová á estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en
vosotros, y viviréis” (Ezequiel 37:4-5). “Por
tanto profetiza, y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo abro vuestros
sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré á la
tierra de Israel. Y sabréis que
yo soy Jehová, cuando abriere vuestros sepulcros, y os sacare de vuestras
sepulturas, pueblo mío” (Ezequiel 37:12-13).
Iglesia de Jesucristo que te sientes seca
y muerta espiritualmente, no te frustres, continua ejercitando las disciplinas
espirituales (ora, ayuna, vigila, lee La Palabra, congrégate), hay esperanza
para que revivas. Así como el pueblo de Dios revivió y salió de su sepulcro
espiritual, también tu puedes revivir y salir. ¡Solo clama al Padre para que
profetice Palabra sobre ti y vivas!
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