“Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18 LBLA).
“Edificare Mi Iglesia y las
puertas del hades no prevalecerán contra ella” fueron las palabras y promesa del
Maestro. Jesús cumplió lo del hades cuando descendió a los sepulcros a predicar
a los encarcelado (1 P 3:19) y a la vez tomo el control el hombre le había otorgado
a satanás. Apocalipsis 1:18 confirma que Jesús tiene las llaves de la muerte y
del Hades, “y el que vive, y
estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las
llaves de la muerte y del Hades.”
En el Pentecostés, con el
primer discurso de Pedro, comenzó la iglesia a desarrollarse, expandiéndose el
evangelio por todas las naciones. Hasta hoy ¡el evangelio sigue expandiéndose y
la Iglesia creciendo!
El cuerpo de Cristo reconoce que Jesucristo es
su Albañil, Arquitecto, Ingeniero y Maestro de obras. El la diseño y estableció
con propósito específico, por lo tanto, ningún ser viviente puede adueñarse o
cambiar el formato y definición del diseño. Nadie sabe lo que hay en ella; y de
que esta compuesta, solo Su Arquitecto y constructor. Cristo la fundo a precio
de sangre, y lo que posee esa sangre es celestial, divino.
La Iglesia se reúne en
diferentes localidades para accesibilidad a los miembros de la comunidad. Sin
embargo, cuando la Trinidad la observa, lo que distingue es una sola Entidad
ejecutando actividades diferentes.
La Iglesia pertenece a Cristo.
Él es responsable de su construcción, protección y poder. Esta no es un
proyecto de hombre, es una potencia prodigiosa, admirable, sobrenatural,
esplendida que nunca fallara ni caducara su propósito. el Omnipotente Hijo de
Dios está a cargo y en total control de ella. Muchos tienen sus propias
opiniones de Ella, inclusive los creyentes. Su identidad, definición y función se
la dio Cristo. Por lo tanto, el humano no puede definirla mucho menos conoce su
poder, este reside en Jesucristo. Los lavados con la Sangre del Cordero; los
que son Hijos pueden recibir la revelación de Su función y poder.
Iglesia no es un edificio o
grupo de personas como algunos definen. Es una extraordinaria Entidad que
empezó con la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés. Esta tiene acceso
directo a la presencia de Dios. Revelación 1:6 indica que la Iglesia es un
grupo de sacerdotes, privilegiados sirvientes del Todo Poderoso; especial
tesoro en los ojos de Dios; apartadas para el servicio de Dios. Esta llamada
adorar y proclamar las excelencias del Reino Celestial; dando siempre honor al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. ¡Qué gran privilegio se le ha dado!
La Iglesia es una Intercesora.
Esta intercede no solo por los suyos, pero también por los perdidos. La Iglesia
continua el trabajo de los discípulos, evangelizando las naciones para el conocimiento
de Jesucristo y Sus Buenas Nuevas de salvación.
La Iglesia prevalecerá hasta
el tiempo Su Albañil determine. No existe fuerza humana, mucho menos fuerzas
satánicas que prevalecerán contra ella. Por no ser edificada por mano de
hombre, esta no puede ser destruirá por tales. Podrán cerrarse edificios, locales
de asambleas y reuniones, pero nunca la Iglesia; esta jamás perecerá o cerrará
sus puertas, solo hasta que el Maestro la cierre, así como paso en los tiempos
de Noé.
Es
un privilegio pertenecer a esa maravillosa Entidad; La Iglesia de Jesucristo.
No comments:
Post a Comment