Génesis 21: 9-21
Innumerable
de veces no entendemos las disposiciones de Dios (“a Dios no se le cuestiona, solo
se le obedece”). Ismael no pidió nacer, menos ser expulsado de su
tierra y parentela por su padre biológico. Durante su temprana adolescencia
sufrió uno de los rechazos más severo, la apatía de su papá. No solamente fue
destituido de la única familia y comunidad que conocía, sino que fue su propio
padre que lo desatendió y envió a su propia suerte a un desierto cruel. Este fue
confinado a un desierto hosco, caliente, con su madre, sin un animal que
montar, y con poco alimento y agua (Génesis 21:14-16). Me
imagino que el joven hubiera preferido nacer sin conocer su padre en vez de
tener que experimentar el abandono en su cercana adolescencia cuando un hijo
necesita más de la guía y apoyo de un padre. También me imagino que observo
llorar a su madre de dolor y desesperación. En una instancia Agar escapo del
campamento debido a los maltratos de su jefa (Génesis 16 – v. NVI-C) y quizás era la oportunidad preferible para el joven, al igual que para
la madre, de regresar a su gente y su tierra (Egipto), teniendo el apoyo de su
comunidad y dar a luz en medio de su pueblo con personas que lo iban aceptar y
querer. La voluntad de Dios era otra. Encontramos en el versículo 9 que un
Ángel le pide regresar a su jefa, someterse a ella, obedecerla y luego le habla
de su embarazo, hasta le da el nombre del niño que llevaba en su vientre, y le
profetiza su futuro: 9 Vuelve junto a ella y sométete a su autoridad le dijo
el ángel. 10 De tal manera multiplicaré tu
descendencia, que no se podrá contar.11 Estás
embarazada, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción.12 Será un hombre indómito como asno
salvaje. Luchará contra todos, y todos lucharán contra él; y vivirá en conflicto con todos sus hermanos».
Hoy día observamos
estas profecías sobre su vida hecha realidad en su descendencia. Su raza está en
conflictos internos, movilizaciones violentas entre hermanos, guerras civiles
que no terminan. También, terribles guerrillas y extremistas han nacido de su
descendencia. El dolor o trauma que experimento este joven paso de generación a
generación, creando una comunidad llena de resentimiento y odio a sus hermanos
y a todo aquellos que no le reconocen. El
espíritu de Rechazo gobierna sobre esta comunidad que está en continuos
pleitos con todos. De este linaje nace Mohammed, el iniciador del islam.
Las heridas del alma que este joven subsistió solo lo
sabe el, y el nivel de trauma que experimento: abandonado, expulsado y
rechazado por su padre. Este joven probablemente sentía enojo, ira hacia la
vida y todo lo que tenía estabilidad y seguridad, ya que la de él fue frustrada
al tener que dejar todo lo que había conocido desde su niñez y pelear por su
seguridad y la de su madre en un desierto impetuoso. ¿Quién podría entender el
dolor del Alma que llevaba este joven? La Escritura no muestra con detalles la
vida que acarreo, solo declara la profecía (Génesis 16:12) que vendría sobre su
descendencia. También Génesis 25 muestra que posiblemente se mantuvo cerca de
su padre y hermano Isaac ya que estuvieron juntos en el funeral de Abraham: 7 Abraham vivió
ciento setenta y cinco años, 8 y murió en buena
vejez, después de haber vivido muchos años, y fue a reunirse con sus
antepasados. 9 Sus
hijos Isaac e Ismael lo sepultaron… (v.7-9).
Ismael, el hijo herido, hasta hoy pelea por lo que él considera le pertenece - el derecho de la herencia de la primogenitura (primer nacido del patriarca). Por consiguiente, hasta el día de hoy está en guerra con su hermano. Este se considera enemigo orgánico de su hermano, el hijo de la promesa; el hijo de la esposa, Isaac, y lamentablemente se le ha hecho difícil entender que es hijo de la esclava, ilegitimo, manteniendo resentimiento y rencilla contra su hermano. Este necesita sanidad interior y reconciliación con su verdad. Ismael recibió promesas similares al hijo legítimo, pero no las ha podido disfrutar porque su corazón sigue herido y lleno de odio hacia su hermano. Podría conjeturar que Jesucristo fuera mejor aceptado como el Unigénito Hijo de Dios y el Mesías esperado por Israel si no hubiera rencilla entre estos dos hermanos, ya que Jesucristo viene de la descendencia del hijo legítimo.
Seguimos orando por este joven herido y su descendencia, que es de multitudes, para que obtenga la sanidad interior y pueda aceptar a Jesucristo como lo que es en realidad, el Hijo de Dios que vino a la tierra a salvar al mundo de la muerte eterna y a reconciliar al hombre con el Padre Celestial al morir en la Cruz del calvario y Resucitar al tercer día. Ismael tiene tanto derecho de Salvación como lo tienen otras naciones. ¡Jesús vino para todos!
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