Juan
20:22
“…Sopló sobre ellos y
les dijo: Recibid
el Espíritu Santo”
Los discípulos
estaban tristes y asustados después de la muerte de su Maestro. Se escondían con
miedo a que por ser seguidores de Jesús, le iban apedrear, atormentar,
encarcelar o hasta perder la vida. Su Maestro estaba muerto y ellos se sentían perdidos.
Estaban pasando por momentos confusos, emocional y sicológico. Estos habían creído
en las palabras de Jesús, su Maestro, quien ellos espera lo iba a libertar de
la sujeción romana. En ese momento solo se tenían a cada uno. Ellos se
refugiaban en su propio círculo por temor a los judíos. Cuando Jesús resucito se
le apareció a los discípulos, pero los encontró escondidos y llenos de temor
(Juan 20:19).
Juan 3:1-21 presenta a Jesús y Nicodemo hablando del Reino. Este encuentro, propiciado por Nicodemo, muestra la necesidad interna de un maestro de la ley. Al cual su mucho conocimiento de las Escrituras no le era suficiente para satisfacer su vida espiritual. Su búsqueda de Jesús mostraba su escasez interna. En este encuentro, Jesús aspira hacer entender a Nicodemo que reconocer la autoridad de El, basada en los signos que hace (3:1-3), no es suficiente, sino que es “esencial aceptar a Jesús como el enviado, el revelador del Padre, procedente del mundo de arriba. Para ello es necesario nacer de arriba, de lo alto, de Dios” entendiendo que el nuevo nacimiento es obra del Espíritu Santo. Él es quien convence de pecado. Este relato es una muestra que las muchas letras y conocimiento de La Biblia no te cualifica como cristiano, (Satanás conoce Las Escrituras) mucho menos te dan poder para realizar la encomienda Jesús asigno a la Iglesia. Letra sin unción es solo letras. Los títulos académicos o teológicos no satisfacen ni tienen efectividad si Cristo no está reinando en ese corazón. El vacio interno del hombre no se llena con letras ni conocimientos bíblicos; no todo aquel que dice seguir a Cristo es cristiano sino que “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:16-23). También se debe aclarar, que aun dando frutos cristianos, de arrepentimiento, se puede sentir escases interna. Eso significa, la necesidad del soplo del Espíritu Santo.
Al percibir Jesús el estado anímico de los discípulos (Juan 20:19) entendió que necesitaban el soplo del Espíritu Santo para salir de ese estado de ánimo. Con ese estado moral y espiritual no iban a poder realizar la encomienda: “…como el Padre me ha enviado, yo también los envío a ustedes” (Juan 20:21). Los discípulos se sentían perdidos, no sabían qué hacer puesto que anduvieron con su Maestro por un periodo de tres anos. Ahora le habían quitado su Maestro. Pero la aparición de Jesús les dio alegría y fortaleza. Su resurrección los convenció que el Evangelio y el Reino El les predico era cierto y real. Esa convicción y el soplo del espíritu Santo en sus vidas los preparo para salir como “ovejas al matadero.”
Muchos de los que se atribuyen ser cristianos caminan sin convicción y sin el soplo. Les hace falta el soplo del Espíritu para entregar, sin condición ni dudas, su corazón a Cristo. Conocen de Jesús pero no le han hecho Rey y Señor de sus vidas. Varios de estos han escuchado de Jesús por sus padres, abuelos o algún otro familiar. Cuando se le pregunta si conocen de Jesús su respuesta es “nosotros vamos a la iglesia como familia.” Existen sinnúmero de estos asistiendo a la iglesia por años, sin haberle entregado su corazón a Cristo. Algunos están envueltos en actividades eclesiásticas y raramente peca, pero no lo hace por amor y reverencia, sino por miedo o temor. Estos, sin notarlo, gozan de escasez interna. Sus vidas son címbalos resonantes ya que no tienen a Cristo como Señor y Salvador y por lo tanto no han recibido el soplo del Espíritu Santo.
Los discípulos estaban paralizados. Tenían muchas dudas ya que su Maestro había muerto y no estaban seguro si lo enseñado por El era cierto. De la misma manera existen muchos en este siglo, aunque siguen a Cristo tienen dudas en algunas de Sus enseñanzas. Solo el Espíritu Santo puede dar convencimiento de lo escrito en La Biblia. Algunos de estos no hablan públicamente porque son ‘maestros o interpretes de la ley’ y sería vergonzoso, para estos, venir como Nicodemo hablar con Jesús. Estos prefieren continuar viviendo en escasez interna antes que doblegarse y dar a conocer su insuficiencia espiritual. El Espíritu Santo anhela que seas soplado de Él. El desea revelarte las verdades del cielo y que tengas una relación personal con tu Salvador. Cuando esto suceda, la escasez interna desaparecerá y será reemplazado por verdadero gozo, alegría, paz y fortaleza para continuar ejerciendo tu trabajo ministerial. Esta vez, lo ejercerá con unción porque el soplo del Espíritu Santo te guía. Ya no andas en tu propia fuerza, sino en la fuerza del Espíritu Santo. ¡Qué alegría es esa!
Si tienes escasez espiritual, ve donde aquel que puede desaparecerla con solo un soplo. Nicodemo se arriesgo y busco al Maestro, cuanto más tú debes arriesgarte a buscarle para que El te sople y recibas el Espíritu Santo. Búscale en la intimidad de la noche y veras Su luz brillar sobre ti, cubriéndote y llenándote para que no escasez mas.
Pero… todavía te falta el pentecostés…
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