Monday, January 26, 2015

La UNCION en Tierra Extraña

(1 Samuel 5)
“Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod.
Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.
Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.
Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.
Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.
Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio.”

1 Samuel 5 relata la captura del Arca de Dios por los Filisteos. En el Antiguo Testamento Dios había elegido como morada Suya al pueblo de Israel. Lo que indicaba que no existía otra nación que tuviera la UNCION en su territorio. El Arca de Dios era el símbolo de la Presencia de Dios en medio del pueblo. Entre las Tribus de Israel, Dios eligió la tribu de Levi para el servicio directo de Él y todo lo que simbolizaba El (Tabernáculo, Templo, Arca, etc.); los Levitas tenían a cargo el ministerio del sacerdocio. Incluso, si otra tribu intentaba tocar lo “santo” era castigado por Dios. Dentro de los Levitas había rangos de ministración. Si alguien hacia el trabajo del otro, o fuera del tiempo asignado por Dios, este era castigado. Los hijos de Aarón fueron consumidos por presentar fuego extraño al altar de Dios: Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová” (Levíticos 10:1-2). 1 Samuel también relata un suceso donde la gente fue castigada solo por acercarse y mirar al Arca: “Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad” (6:19). En el Antiguo Testamento Existen varios sucesos donde Jehová Dios castigaba por la violación del orden sacerdotal establecido por El. La historia del Rey Uzias en 2 Crónicas 26, es un relato triste de orgullo y desobediencia. Este se enalteció y termino muriendo solo y con lepra. Pensó que por ser Rey podía violar el orden de Dios,  Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.17 Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él ochenta sacerdotes de Jehová, varones valientes.18 Y se pusieron contra el rey Uzías, y le dijeron: No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario, porque has prevaricado, y no te será para gloria delante de Jehová Dios.19 Entonces Uzías, teniendo en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira; y en su ira contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso.20 Y le miró el sumo sacerdote Azarías, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque Jehová lo había herid21 Así el rey Uzías fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó leproso en una casa apartada, por lo cual fue excluido de la casa de Jehová…”(16-21).
        Dios es el mismo de ayer. El no ha cambiado su santidad ni orden sacerdotal. Aunque no lo vemos actuar de la forma que en el Antiguo Testamento, no indica que El haya cambiado lo establecido. Jesucristo vino a cumplir lo establecido por Su Padre. Todo aquel que recibe a Jesucristo como Rey y Señor se convierte, por adopción, en un sacerdote de Él: “…Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios…” (Apocalipsis 1:5-6). En el Nuevo Pacto, la Iglesia es la que lleva Su Gloria y ministra Su Amor y Gracia a los gentiles. 1 Pedro enuncia: “Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios…” (2:9-10). La iglesia de Jesucristo esta designada, en este tiempo, hacer el papel sacerdotal implementado desde los tiempos antiguos. Esta debe asegurarse que el Altar de Dios y Sus utensilios no son mal utilizados ni administrados. Penosamente, igual que en el AT, algunos hacen mal administración de lo “santo” de Dios.
Aparte del Altar, donde ministran personas en pecado, abusando de la Gracia de Dios, la Santa Cena y el Aceite de Unción son algunas de las cosas mal utilizadas por la iglesia. El apóstol Pablo, en 1 Corintios 11, expresa su furor por aquellos que hacen uso indigno de la Cena del Señor, “Por tanto, cuando os reunís, esto ya no es comer la cena del Señor, 21 porque al comer, cada uno toma primero su propia cena; y uno pasa hambre y otro se embriaga. 22 ¿Qué? ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios y avergonzáis a los que nada tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabaré” (20-22 LBLA). En los versículos 11-30, el apóstol hace hincapié advirtiendo y declarando las consecuencias de tomar la Cena indignamente: “De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.29 Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. 30 Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen…” (11:27-30).
Con relación al Aceite de la Unción esto es lo que dice Jehová Dios: “Y harás de ello el aceite de la santa unción, mezcla de perfume, obra de perfumador; será aceite de santa unción. 26 Y con él ungirás la tienda de reunión y el arca del testimonio, 27 la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y sus utensilios, el altar del incienso, 28 el altar del holocausto y todos sus utensilios, la pila y su base. 29 Los consagrarás y serán santísimos; todo aquello que los toque será santificado. 30 Y ungirás a Aarón y a sus hijos y los consagrarás para que me sirvan como sacerdotes. 31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: “Este será aceite de santa unción para mí por todas vuestras generaciones32 “No se derramará sobre nadie, ni haréis otro igual en las mismas proporciones; santo es, y santo será para vosotros. 33 “Cualquiera que haga otro semejante, o el que ponga de él sobre un laico, será cortado de entre su pueblo.” Con toda esta explicación bíblica, aun observamos ministros ungiendo gentiles y sus casas. Cuando lo ‘santo’ es usado en cosas no santas, conlleva a enfermedades (lepras, tumores, etc.) y otras maldiciones. El Aceite es para uso sacerdotal en la ministración de la casa de Dios. Se usa para la unción de los enfermos (Santiago 5:14; Marcos 6:13); para ungir a uno elegido para el ministerio (1 Samuel 16:13); para separar un instrumento para el servicio de Dios. “En la Unción, el aceite trae la dimensión de muerte y resurrección.” El Aceite es símbolo de la presencia del Espíritu Santo. Entonces, ¿cómo es que se usa deliberadamente? Ministros falta de entendimiento y sabiduría causan estragos, tribulaciones y hasta la muerte cuando utilizan lo de Dios en cosas no santa.
Al que le falte conocimiento y sabiduría, pídale a Dios que se la dé. No debemos andar ejecutando todas las practicas vemos en otros ministerios. Si sientes duda, pide al Espíritu Santo discernimiento, no hagas las cosas porque ves a otros haciéndolas o por costumbre. Dios es el mismo de ayer y para siempre, El no ha cambiado lo que prescribió y dicto en la antigüedad. Solo en Cristo somos justificados y tenemos Su Gracia y Misericordia. El que no está en Cristo, está a merced de la ira y justicia de Dios.

El Altar, la Santa Cena y el Aceite de la Unción deben respetarse y no usarse indignamente, a la ligera.





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